El futuro de Cataluña depende de un puñado de escaños por Barcelona
La repetición de las elecciones podría ser una salida al no haber pactos transversales.
Todo se va a decidir en la adjudicación de los últimos escaños por Barcelona. El futuro político de Cataluña se va a jugar el domingo en pocos miles de votos. De ellos va a depender que la Generalitat sea gobernable o de que haya que ir a una repetición de las elecciones, un escenario que toma cuerpo a medida que se acerca el 27-S.
Mientras los candidatos apuran las últimas horas de campaña con visitas a mercados, paseos, partidas de futbolín, besuqueo de niños y vecinos, y los obligados y cansinos mítines, las fuerzas políticas revisan los escenarios que se dibujarán tras el escrutinio. Tanto los del sí a la independencia como los del no comparten que si nadie logra reunir una mayoría absoluta la gobernabilidad será un infierno. Las posturas están tan polarizadas que los acuerdos transversales son imposibles.
Unos y otros
La suerte se va a dirimir en Barcelona porque de los 135 diputados del Parlamento de Cataluña, 85 se eligen en la circunscripción de la capital y hay una docena sin padre ni madre. En las otras tres provincias todo parece decidido y no se prevé un baile. Los estudios de los partidos comparten que en esos tres territorios habrá una victoria concluyente de Junts pel Sí, con mayoría absoluta clara y en solitario en Girona y Lleida. Pero Barcelona, sobre todo la capital y su entorno metropolitano, es otro cantar. Ahí han concentrado sus esfuerzos con jornadas intensivas todos los candidatos y Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Pero nada está escrito a ras del cierre.
Los separatistas de Junts pel Sí aspiran alcanzar la mayoría absoluta sin muletas, pero los sueños a veces se hacen realidad, y otras no. Esta vez los sondeos apuntan a que no, y están resignados a pactar con la CUP. Los unionistas ni eso. Su única baza es llegar a un acuerdo entre ellos, y eso es un oxímoron.