Diario de León

El Gobierno insta a Mas a reflexionar para no ser rehén de los antisistema

La vicepresidenta pide que no haga pagar a los ciudadanos seguir en el poder como sea.

El Gobierno pide al presidente en funciones de Cataluña, Artur Mas, que reflexione.

El Gobierno pide al presidente en funciones de Cataluña, Artur Mas, que reflexione.

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ramón gorriarán | madrid
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El Gobierno instó al presidente de la Generalitat a «reflexionar» para no caer en la irresponsabilidad de gobernar al precio que fije una fuerza extremista y minoritaria como la CUP. Los ciudadanos, advirtió la vicepresidenta, no tienen por qué pagar la factura de Artur Mas para seguir como sea al frente del Ejecutivo de Cataluña, aunque sea a costa de convertirse en rehén de las pretensiones de un partido antisistema en las antípodas ideológicas y económicas de Convergència.

En La Moncloa ven que Mas lleva camino de claudicar ante las pretensiones de la CUP para proseguir el mandato recibido hace cinco años. En el Gobierno de Mariano Rajoy creían que su capacidad de sorpresa con el presidente catalán y su estrategia independentista no estaba colmada, pero la complicidad con un partido asambleario y anticapitalista amenaza con rebosar el vaso por la, según fuentes gubernamentales, «excentricidad e ilegalidad manifiesta» de las condiciones impuestas. Entre ellas la ruptura inmediata con España y la desobediencia a las leyes.

Rajoy siempre confiaba que dentro de las veleidades soberanistas de Convergència se abriría hueco el espíritu sensato y de orden, el ‘seny’, que ha sido una de las señas de identidad del partido que fundara Jordi Pujol hace 37 años. Pero el presidente del Gobierno empieza a comprobar que hasta esos cálculos estaban errados, y que Mas lleva camino de convertirse en el rehén que la CUP nunca soñó tener entre sus brazos.

Soraya Sáenz de Santamaría instó a «todos, especialmente a Mas» a reflexionar sobre la situación que se puede crear en Cataluña. Una fuerza, subrayó la número dos del Gobierno, que apenas logró hace dos semanas 300.000 votos, el 8% del total, no puede tener la sartén por el mango para decidir el programa para gobernar a más de siete millones de personas. Pero el presidente catalán parece dispuesto, según la vicepresidenta, a hacer tamaña concesión sólo para resolver «su futuro personal y político» sin reparar en que hipotecará el destino de la «inmensa mayoría» con un programa «muy alejado» del sentir general. «Uno -zanjó Sáenz de Santamaría- no se tiene que someter a las minorías» para gobernar por delicada que sea la situación.

Pero la vicepresidenta también consideró que Mas cometería un error si opta por una repetición de las elecciones, que es la única salida posible si se niega a sellar un pacto con la CUP. «No sería un escenario muy novedoso en Cataluña», admitió, dado que desde 2010 se han celebrado tres votaciones autonómicas sin resolver ninguno de los problemas existentes.

Las presiones sobre el presidente de la Generalitat no partieron sólo de La Moncloa, el número uno de la CUP en las pasadas elecciones, Antonio Baños, reiteró ayer que la campaña de desobediencia legal debe empezar cuanto antes y tiene que tener visibilidad ciudadana. Por ejemplo, apuntó el candidato del partido asambleario, no pagar los impuestos a la Hacienda central, ignorar las sentencias del Tribunal Constitucional o incumplir la ley de calidad educativa, también conocida como ley Wert. En sentido contrario se puede poner en marcha, según Baños, el decreto contra la pobreza energética, recurrido por el Gobierno central ante el Constitucional.

Todo ello, insistió el número uno de la CUP, sería independiente de su apoyo a la investidura de Mas, aunque sería condición necesaria para respaldarla.

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