Diario de León

Rajoy niega que el PP esté en crisis y está convencido de que ganarán el 20D

La interinidad de los barones lastra la movilización electoral de los populares cuyos pesos pesados se reúnen mañana en Toledo.

El presidente del Gobierno en la capital belga, Bruselas.

El presidente del Gobierno en la capital belga, Bruselas.

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ramón gorriarán | madrid
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¿Crisis? ¿Qué crisis? Para Mariano, el PP no está en aprietos. Es más, está convencido de que es el partido que «tiene las mejores perspectivas de futuro». La opinión del presidente del Gobierno no es la más extendida entre los populares; todo lo contrario, la impresión más común es que atraviesan el peor momento de la legislatura, con el agravante de que faltan dos meses para las elecciones. Pero para suturar heridas y reparar los ánimos, la dirección del PP ha organizado mañana un mitin en Toledo que debe de escenificar un cierre de filas en torno al líder y ser un acto de autoafirmación del partido.

«En absoluto», respondió Rajoy cuando fue preguntado en Bruselas sobre la crisis de su partido. El presidente del PP mostró además su convicción de que va a ganar el 20 de diciembre porque son la organización política «más grande de España», y no «un invento de hace media hora», en clara andanada hacia Ciudadanos sin citarlo. Dentro del ejercicio de autoestima, Rajoy defendió que su partido es «un valor seguro, firme», que está «animado y contento» porque va a ganar las elecciones y «en los próximos cuatro años va a hacer cosas muy positivas en beneficio de los españoles».

Rajoy despachó con cuatro generalidades los convulsos sucesos de la víspera. Consideró que la dimisión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga, era comprensible, e hizo como que no había leído las críticas de Cristóbal Montoro a sus compañeros de Consejo de Ministros. Él, al menos, se sentía «muy orgulloso» de la labor del Gobierno y no se avergonzaba de nada. De la carta de Cayetana Álvarez de Toledo con la renuncia a ir en las listas ni palabra.

El ministro de Economía se apuntó a la tesis de la no crisis en el PP, convencido de que el trabajo de la legislatura «se va a reconocer» en las urnas aunque también es cierto que hay razones para «los reproches». Luis de Guindos, de todos modos, ratificó que su nombre no va a estar en las papeletas del PP ni en el próximo Gobierno si Rajoy es reelegido. La titular de Fomento, Ana Pastor, una de las personas más cercanas a Rajoy en el Consejo de Ministros, también rompió una lanza en favor de su amigo, «el líder indiscutible», y hasta consideró ofensivo en su entusiasmo ‘marianista’ que se ponga en duda que vaya a presidir el próximo Gobierno.

Pero no todos piensan así ni en el Consejo de Ministros ni en el partido. Alguien tan fiable para Rajoy como su ministro del Interior admitió que el miércoles fue «negro», aunque ayer fuera un día «azul y luminoso». Jorge Fernández Díaz reconoció que esa concentración de malas noticias en un día «pasa en todos los partidos» pero también se mostró confiado en que el PP será capaz de revertir la situación.

Sin rumbo

En el grupo parlamentario, uno de los mejores termómetros del estado de ánimo de los partidos, el análisis es pesimista, influido por la poca fe en el mensaje electoral de reivindicar la tarea realizada y plantear a los votantes la disyuntiva del PP o el caos. Tampoco contribuyen a insuflar ánimos los movimientos de última hora para confeccionar las listas electorales y los resultados de las encuestas, que si bien apuntan a una victoria del PP, constatan que lo tendrá muy difícil para gobernar por su dificultad para pactar. El partido «vaga sin rumbo», se quejó un diputado con más de dos legislaturas a cuestas; «nos dan por todas partes», señaló otro también con años de escaño.

También fuera de Madrid el pesimismo es ostensible en las huestes populares. Una sensación que se agrava por la interinidad de muchos barones que saben que siguen en el puesto porque Rajoy no quiere mover nada antes de las elecciones, salvo asuntos de fuerza mayor, como el País Vasco. Ese liderazgo con fecha de vencimiento, admiten en el partido, será un lastre para la movilización en la campaña aunque descartan una desbandada al estilo UCD en los primeros años ochenta, como temen los más cenizos.

Para reverdecer laureles, apuntalar la cohesión interna y mejorar la imagen, la dirección del PP ha organizado mañana un acto en Toledo con la presencia de Rajoy y todos los pesos pesados del partido. La creencia más extendida es que la unidad hasta el 20 de diciembre está asegurada, después, y en función de los resultados, será otro cantar.

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