Diario de León

Rajoy a los suyos en Toledo: «Somos el Partido Popular, ¡qué broma es ésta!»

El presidente del Gobierno reaparece para aplacar el pánico a una derrota electoral.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto de Toledo.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención en el acto de Toledo.

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r. c. | toledo
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Mariano Rajoy hizo ayer todo lo que él es capaz de hacer parar poner orden en sus filas. En su primera intervención pública en España tras una semana convulsa para el PP, el jefe del Ejecutivo ordenó a sus huestes cerrar filas, centrarse en ganar las elecciones y poner fin a los cruces de declaraciones que han protagonizado algunos de los más destacados miembros de su Gabinete mientras él atendía, en Nueva York y Bruselas, responsabilidades internacionales. Pero lo hizo con el argumento de que, pese a las encuestas y los resultados encadenados por la formación en las cinco últimas citas electorales, no hay razón para que cunda el pánico. «Somos el partido de una mayoría moderada y razonable -adujo- y vamos a ganar»

En su discurso, en un cigarral de Toledo, ante el Gobierno en pleno y buena parte de sus barones regionales, el líder de los populares eludió hacer referencia expresa a los ataques entre Cristóbal Montoro y José Manuel García-Margallo, la dimisión de Arantza Quiroga como presidenta del PP vasco o las duras críticas que lanzó contra él la diputada Cayetana Álvarez de Toledo en su carta de renuncia a repetir candidatura. Sin embargo, quedó claro que pensaba en ellos cuando instó a los suyos a «dejar de lado lo accesorio y concentrarse en lo que le importa a todos», es decir, a las razones que tiene el PP para revalidar su mandato en las urnas.

«Somos el Partido Popular, ¡qué broma es ésta!», llegó a espetar a modo de reproche a cuantos dudan de que la victoria es posible y temen que la formación se encamine con paso decidido hacia una nueva travesía del desierto, peor aún a la que ya vivió tras las generales de 2004. Rajoy tiró de orgullo para tratar de contrarrestar el pesimismo de sus filas. «Somos el mayor partido de España, somos el partido razonable y moderado, frente a radicales y extremistas. Un gran partido de centro derecha. Un partido creado desde la base, producto del esfuerzo de mucha gente», insistió.

Y aunque afirmó que no es una persona a la que le gusta presumir, en Toledo sacó a relucir los grandes logros que, a su juicio, se han alcanzado a lo largo de la legislatura que está a punto de concluir. A su gestión atribuyó el haber evitado el rescate, el que la economía española sea la que más crece de la Unión Europea o que en 2015 se vayan a crear 800.000 puestos de trabajo. «Hemos gobernado, hemos gobernado mucho y hemos gobernado bien», zanjó como punto final.

También se vanaglorió de sus diferencias con el resto de partidos. «El PP no necesita fichajes de última hora que lo regeneren», dijo para meter el dedo en la herida del PSOE por el fichaje de la ex diputada de UPyD Irene Lozano, y «no es producto de una tertulia o una operación mediática», añadió en clara alusión a Podemos y Ciudadanos.

No estuvo solo en su intento de recomponer fuerzas. Aunque fueron varios los dirigentes que subieron al escenario -la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes y la secretaria general y líder del PP castellano-manchego María Dolores de Cospedal, entre otros- el gran protagonista fue Alberto Núñez Feijóo. El presidente gallego, que mantiene la incógnita sobre si dará el salto a la política nacional y se presentará a las generales para ocupar un escaño en el Congreso, fue el encargado de cerrar el acto; un privilegio que sirve para alimentar aún más si cabe las especulaciones que lo sitúan como el favorito para sustituir a Rajoy al frente del PP en caso de que el presidente del Gobierno se vea obligado a dar un paso al lado tras las generales.

Lejos de postularse para cualquier cargo a nivel nacional, Feijóo usó su turno de palabra para ensalzar la figura de su jefe de filas.

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