Diario de León

Rajoy y Sánchez pactan una respuesta conjunta ante el desafío independentista

Se reúnen en La Moncloa después de meses y sumarán a Rivera al frente constitucionalista.

El presidente, Rajoy, y el secretario general del PSOE, Sánchez, en el Palacio de La Moncloa.

El presidente, Rajoy, y el secretario general del PSOE, Sánchez, en el Palacio de La Moncloa.

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n. vega / r. gorriarán | madrid
León

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El Gobierno difundió ayer a media tarde la fotografía de Mariano Rajoy con Pedro Sánchez en La Moncloa. Ambos acababan de mantener su cuarta reunión en esta legislatura, un almuerzo discreto para analizar los pormenores del desafío independentista que amenaza con poner en jaque al Estado. Su encuentro fue el preludio del que el presidente espera mantener con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y escenificar así el frente común a tres bandas que persigue el jefe del Ejecutivo, que ha activado su imagen de hombre de Estado cuando restan 53 días para las elecciones generales.

Ni el Gobierno ni el PP quieren fisuras en el bloque constitucionalista, y en el que no incluyen a Podemos porque defiende el «derecho de autodeterminación». Puesto en cuarentena Pablo Iglesias, el presidente espera lograr que al menos las respuestas de su partido, del PSOE y Ciudadanos vayan en paralelo y que se entienda que la «responsabilidad» en este conflicto no la tiene él sino los independentistas. Como primer paso, los socialistas y el Ejecutivo se han comprometido a «trabajar coordinadamente en defensa de la Constitución y de la unidad nacional», según precisaba el comunicado pactado entre Rajoy y Sánchez. La apuesta del presidente por la «proporcionalidad» y la «prudencia» ante los secesionistas ayuda en su acercamiento al líder socialista tras unos meses de distanciamiento. En una entrevista en la Cadena Ser, avanzó que no le va a «temblar el pulso» para impedir que la hoja de ruta de Junts pel Sí y la CUP llegue a buen puerto. Eso sí, el Gobierno no está dispuesto a «sobreactuar» ni a dejarse arrastrar por la «ansiedad». Cada decisión, afirman fuentes del PP, estará medida porque es mucho lo que se juegan «el país y el partido».

Esta es la razón por la que el artículo 155, el que permite la intervención de la autonomía catalana, se haya convertido en el último recurso. El presidente, que el martes mantuvo una conversación con el rey para mantenerle informado de sus planes, confiesa que no le «gustaría» llegar a ese extremo y que procurará no tener que aplicar esta disposición inédita en los 37 años de régimen constitucional. Como alternativa, por ahora, contempla recurrir la declaración de independencia, cuando se materialice en un texto con valor legal, ante el Tribunal Constitucional. El paso a paso es la filosofía de Rajoy, que no ve que los secesionistas estén ganando la batalla ni que España esté «territorialmente quebrada».

Con el aval del partido Sánchez acudió a la cita en La Moncloa con las espaldas bien cubiertas en lo que respecta a su partido. A primera hora de la mañana se había reunido con la dirección y el Consejo de Política Federal del PSOE, y recibió de ambas instancias el visto bueno para escenificar la unidad con el presidente del Gobierno ante el «ataque gravísimo» a la democracia que, según una resolución aprobada ayer mismo por los socialistas, ha supuesto el paso dado por los independentistas.

El líder socialista prefirió no poner reparos en público a la unidad a tres bandas planteada desde La Moncloa e insistió en su mensaje de que «sólo con la ley no basta» y hace falta una «respuesta política».

Aunque el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, aún no tiene fecha para la cita de La Moncloa, reclamó ayer mismo «una línea conjunta» de las fuerzas constitucionalistas «gane quien gane» las elecciones del 20 de diciembre porque se trata de «un asunto de país, no electoral»

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