Rajoy se siente reforzado para actuar contra Mas con un amplio aval

Mariano Rajoy se siente reforzado para actuar contra el Gobierno y el Parlamento de Cataluña en el desafío independentista. Tras la ronda de contactos con los principales líderes de los partidos cree que cuenta con un amplio apoyo a su estrategia de respuestas legales sin un diálogo político. El presidente del Gobierno tiene el apoyo incondicional de Ciudadanos y UPyD, el respaldo con matices del PSOE y Unió, y la negativa de Podemos e IU.

El jefe del Ejecutivo y presidente del PP formaba parte del círculo más cercano a José María Aznar en la crisis por los atentados del 11 de marzo de 2004. Allí tomó buena nota de que actuar en solitario en semejantes situaciones es un error. Por eso, ante el reto político más grave de su mandato, según sus propias palabras, ha buscado, y encontrado, la complicidad del resto de fuerzas políticas para actuar sin medias tintas contra el independentismo catalán. Se siente arropado para responder a los próximos pasos que den los independentistas en Cataluña sin exponerse a la crítica, al menos la del principal partido de la oposición y la de Ciudadanos, la formación que amenaza la hegemonía bipartidista de las últimas tres décadas.

«Cuento con todos para defender la unidad frente al chantaje separatista», reflejó el equipo de Rajoy en su cuenta de Twitter tras reunirse con los líderes de Unió y UPyD, con los que cerró la ronda de contactos para forjar un acuerdo antisecesionista. Los seis líderes que pasaron desde el miércoles pasado hasta ayer por La Moncloa le dieron su respaldo para defender la legalidad. Otra cosa fueron las fórmulas para encarar el pulso secesionista.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, defendió la conveniencia de rubricar un «pacto por España» detallado en cinco puntos; el socialista Pedro Sánchez abogó por una reforma de la Constitución; el líder de Podemos, Pablo Iglesias, compartió la tesis de modificar la Carta Magna y añadió la celebración de un referéndum acordado en Cataluña en 2016; el candidato de IU, Alberto Garzón, reclamó la apertura de un proyecto constituyente para redactar una nueva ley fundamental y se sumó a la idea del referendo del próximo año; el portavoz de UPyD, Andrés Herzog, planteó una «alianza por la democracia» para preservar la unidad y actuar en paralelo por la vía penal por un delito de «conspiración para la sedición»; mientras que el jefe de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, también apoyó la reforma constitucional y añadió la financiación autonómica.

Menos el referéndum y el proceso constituyente, Rajoy ve todo factible, pero no indispensable. Hasta dice que está dispuesto a escuchar los planteamientos para la reforma constitucional, aunque él no la promoverá.

La satisfacción en La Moncloa y en el PP es evidente. En el partido están convencidos de que Rajoy ha ganado muchos enteros para las elecciones del 20 de diciembre porque la mano dura contra los separatistas es un mensaje bien valorado en un electorado dubitativo sobre su voto al PP. Hasta los socialistas reconocen que la reacción del presidente del Gobierno ante el órdago independentista se ha convertido en una excelente baza electoral para los populares. «Se le ha aparecido la virgen», dijo de forma gráfica el ex presidente del Partido Socialista de Euskadi Jesús Egiguren, que sintetizó así la opinión de muchos en su partido. Una opinión parecida se tiene en Ciudadanos, donde apuntan que Artur Mas ha hecho una campaña a medida para los intereses de Rajoy como antes se la hizo el presidente del Gobierno al titular de la Generalitat en los comicios del 27 de septiembre.

El jefe del Ejecutivo explicó sus planes a sus visitantes, pero solo los inmediatos y sin entrar en mucho detalle, según ha confesado alguno a sus colaboradores. «Lo tiene todo pensado», comentó el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, que se vio con Rajoy el lunes. Va a ir «paso a paso», apuntó Josep Antoni Duran Lleida.