Se dispara la preocupación por los nacionalismos desde la pseudoconsulta del 9-N

El nacionalismo como «problema» en las encuestas del CIS era históricamente residual. Frente al 80% de inquietud del paro, el escaso 1%, cuando llegaba, que el independentismo cosechaba hasta hace un año demostraba que desde luego el tema no quitaba el sueño a los españoles. Pero la cosa ha cambiado, y mucho, en los últimos doce meses y, en particular, desde la pseudoconsulta secesionista en Cataluña del 9 de noviembre de 2014.

Desde entonces el aumento de la preocupación del nacionalismo ha sido exponencial. Se ha multiplicado por cuatro. El conato de referéndum hizo que la inquietud por el problema creciera al 1,4%. La preocupación se mantuvo estable durante los primeros meses de este año pero repuntó conforme se acercaban las elecciones catalanas del 27 de septiembre, que Artur Mas y sus socios presentaron como plebiscitarias. El pasado septiembre, tras el parón estival, el parámetro subió al 2,3% en puertas a los comicios. Y, en solo un mes, la preocupación de los españoles ante el nacionalismo ha crecido casi dos puntos, hasta el 4,2%, coincidiendo con los primeros movimientos secesionistas de Junts pel Sí y la CUP tras las elecciones, que justo se produjeron en los días en que el CIS realizó el sondeo, entre el 1 y el 12 de octubre.

La preocupación récord por el problema del nacionalismo ha hecho que esta cuestión se cuele por primera vez en el ‘top 10’ de los asuntos que más preocupan a los ciudadanos. El independentismo ya inquieta más que otras cuestiones antaño básicas como la seguridad ciudadana, la vivienda, las pensiones, la justicia, la violencia de género, los recortes, o los desahucios.

La reacción de la ciudadanía al desafío nacionalista catalán ha sido un mayor apoyo al actual modelo de Estado y una bajada importante de las personas que apoyan la posibilidad de independencia de una comunidad.