Mas echa el resto para intentar lograr el apoyo de la CUP a su investidura

Horas antes de someterse a una segunda votación para intentar ser elegido presidente de la Generalitat, Artur Mas echó ayer el resto y convocó a los principales dirigentes de la CUP y de Junts pel Sí para tratar de cerrar un acuerdo que le garantice mantener la jefatura del Gobierno autonómico.

En un último intento para acercar posturas y veinticuatro horas después de que la CUP rechazara su investidura, Mas puso sobre la mesa una nueva fórmula de gobierno, según la cual la presidencia tendría menos competencias que en la actualidad, pues estaría apuntalada por tres vicepresidencias ocupadas por Neus Munté, Oriol Junqueras y Raül Romeva, que asumirían buena parte del poder y llevarían el peso específico del ejecutivo. Con esta idea, que se suma a una larga lista de cesiones (resolución independentista, que ésta se aprobara con urgencia antes de la investidura, plan de choque social y veto a los consejeros Boi Ruiz y Felip Puig), Mas trató de acercarse al planteamiento que hizo la CUP en el inicio de las negociaciones de establecer una presidencia de tipo «coral». La propuesta, no obstante, resultó insuficiente para la formación anticapitalista y por tanto no logró desencallar la investidura, según informó TV-3. Aun así, los dirigentes de la CUP que asistieron a la cumbre -Antonio Baños, Benet Salellas y Anna Gabriel- evitaron hacer declaraciones a la salida del encuentro y huyeron a la carrera.

Así, salvo sorpresa, la CUP volverá hoy a rechazar la elección de Mas. Horas antes de la reunión, el partido asambleario fijó su posición y declaró en público que su voto sería una vez más en contra del dirigente de Convergència, que el martes salió derrotado por 62 votos a favor y 73 en contra. En esta ocasión, no necesitará la mayoría absoluta, solo la simple, por lo que le bastaría con que ocho de los 10 diputados de la CUP se abstuvieran y dos votaran a favor.

«Si Junts pel Sí presenta el mismo candidato (Mas) del martes, votaremos lo mismo», afirmó el portavoz de la izquierda radical, Antonio Baños. Como consecuencia, la oferta de Mas no varía en este sentido la posición inicial de la CUP. La formación partidaria de la salida del euro y de la UE mantenía antes de la cumbre su rechazo frontal al líder nacionalista, pues le considera el hijo político de Pujol y el autor del mayor recorte social en décadas y de una política privatizadora neoliberal.

Fuentes de la formación de izquierdas señalaron antes de la cumbre en el Palau de la Generalitat que la votación de hoy no servirá de nada, si acaso para constatar el rechazo a Mas, que el voto negativo es seguro y que esperan que en el discurso del presidente de la Generalitat en funciones haya algún paso adelante que en el futuro les pueda hacer cambiar su postura. «Entre escoger a Artur Mas y las elecciones anticipadas, que parece que mucha gente desea, hay opciones, hay personas y hay maneras», señaló Baños. En el debate sobre las personas, a día de hoy en Junts pel Sí la candidatura de Mas es innegociable. Y está por ver si también en la CUP. Donde hay campo a negociar, de ahí la propuesta del presidente en funciones, es en las fórmulas de gobierno.