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LA UNDÉCIMA LEGISLATURA

La CUP abre la puerta a investir a Mas y lo deja en manos de la militancia

Los anticapitalistas evitan por primera vez el veto explícito a la reelección del 'president'

Rueda de prensa de los diputados de la CUP en el Parlament.

Publicado por
XABI BARRENA / NEUS TOMÀS / BARCELONA
León

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Momento para hilar fino, muy fino. Para fijarse en los detalles porque, como dijo Gustave Flauberty popularizó el arquitecto Ludwig Mies van der Rohe, Dios está en los detalles. La CUP ha evitado este jueves explícitamente vetar la investidura de Artur Mas como 'president'. Por primera vez desde el mes de julio, cuando a la salida de la cumbre que relanzó la lista única se dijo que los anticapitalistas mantendrían una línea de no confrontación con CDC y ERC en el 27-S, algo que enervó a la fuerza asamblearia, la CUP ha dicho siempre sin ambages que no votaría a Mas. Siendo este un hecho, caben ahora las interpretaciones que se quieran. Por ejemplo, que los anticapitalistas se abren a un pacto, aunque dejan que la militancia lo refrende en una asamblea extraordinaria.

¿Qué sustenta esta interpretación? La CUP ya ha digerido que laposición convergente de no renunciar a su líder es firme. O Mas o marzo, es decir, elecciones. Y, también, la perceptible rebaja de tensión ambiental tras unos días en que la artillería declarativa convergente ha bombardeado las posiciones cuperas con dureza.

La muy coral rueda de prensa de la CUP en el Parlament ha servido para poner de relieve dos puntos destacados. El primero, por ausencia de veto, sobre la investidura de Mas. La segunda, de carácter procedimental, sobre cómo opera la fuerza asamblearia, que más o menos se resume en que la CUP dice hoy 'no' a Mas porque así lo decidió la asamblea general, y que solo la asamblea general abierta puede cambiar ese voto. Así las cosas, el equipo negociador solo puede que presentar ante este macro-órgano asambleario una propuesta y será el cónclave el que decidirá. Así, Antonio Baños y el resto se remitieron a las negociaciones con Junts pel Sí y a la espera de una nueva "propuesta", que no necesariamente debe ser una "propuesta de nuevo candidato".

Previamente, la diputada cupera Eulàlia Reguant había señalado que su grupo no está "chantajeando" a Junts pel Sí, mensaje con el que determinadas voces percuten en los últimos días. "Todo lo que ya se ha pactado, también la resolución secesionistaestaba incluido en el programa de Junts pel Sí". Y siendo así, la catarata de declaraciones vertidas en los últimas días no tienen para la fuerza anticapitalista otra explicación que el retorno de ciertos sectores de CDC al "neoautonomismo" y la recuperación de la "negociación en Madrid como escenario". "Con nosotros "ni 'peix al cove' , ni 'puta i Ramoneta'", advirtió Baños, que también denunció "la campaña mediática, por parte de 'consellers', como Andreu Mas-Colell y Francesc Homs, además de varios opinadores".

Los anticapitalistas se han mostrado también muy molestos con las palabras del miércoles del presidente de ERC,Oriol Junqueras, insistiendo en que su candidato sigue siendo Mas. La diputada Gabriela Serra, de hecho, ha colocado al republicano bajo el mismo epígrafe de #pressingCUP en el que están ubicados los convergentes.

 

LA ESTRATEGIA

Convergència confía en que finalmente la CUP ceda en la cuestión de la investidura de Mas. Para ello, esperan que se agranden lo que califican de grietas internas en la formación anticapitalista.

En CDC se comenta un reciente articulo de Blanca Serra, una histórica del movimiento de la izquierda independentista radical, que critica el voto de la CUP al lado del PP, Ciutadans y otras fuerzas contra la investidura de Mas, lo cual "bloquea las posibilidades de la resolución aprobada hace unos días". Y añade: "Menos micros mediáticos y menos habladuría a través de los medios, y más trabajar para que salga adelante ahora mismo el contenido de la resolución".

Convergència también sostiene que algún referente de la CUP a nivel municipal está abierto a investir a Mas. Para ello, la estrategia convergente será la de emplazar (en positivo) al acuerdo a los anticapitalistas, abiertos a seguir negociando aspectos del plan de choque social y del proceso constituyente, pero no la figura del candidato a la reelección. Confían así en que el cóctel de presión externa y disensiones internas acabarán por hacer cambiar de opinión a la CUP.