cinco MÁS una
«El hombre depende de la mujer en lo doméstico»
Francisco Sosa Wagner es un hombre tan apasionado como pragmático. Culto y germanófilo, lector y escritor incansable, ama también la música clásica y los paseos por el campo. A sus 69 años encara el último curso en la Universidad de León como catedrático de Derecho Administrativo tras abandonar el escaño de eurodiputado por sus discrepancias con Rosa Díez y UPyD. No milita pero está en el consejo de expertos de Ciudadanos y torea las respuestas con capote diplomático.
—Se quitaría la pajarita por..
—Por cualquier cosa. A veces voy con corbata.
—Detrás de un gran hombre hay una gran mujer. ¿Eso es machismo?
—Mi mujer, Mercedes Fuertes, es catedrática igual que yo.
—La proyección pública es de usted.
—A ella le acaban de nombrar vocal permanente de la Comisión General de Codificación, un puesto reservado a grandes juristas.
—Quería decir si la frase esconde machismo.
—No sé si esconde o no, pero lo que sí es claro es que el hombre depende de la mujer en lo doméstico. Yo creo que eso no es machismo. En los últimos años las mejores notas que estoy poniendo van para mujeres porque dan más juego. Igual que en las oposiciones a la judicatura.
—¿Cómo fue lo del pepino?
—Me dio la idea de ponerlo en mi escaño una de mis colaboradoras, Cristina, una leonesa. Como allí no se veía, le quité el plástico y lo blandí. Paco estás en todas las televisiones me dijeron al llegar al despacho.
—Ponga banda sonora al momento actual.
—La flauta mágica, de Mozart.
—Su libro favorito.
—El Buscón de Quevedo. Soy bibliófilo y grafómano, por eso me hice catedrático.
—¿Qué opina del toro de Tordesillas?
—Ni me interesa, ni me gusta. Las corridas de toros, sí. Como decía Ortega, la fiesta de toros es sangre estilizada en arte.