Rajoy no se cierra a la reforma de la Constitución pero no la ve prioritaria
El presidente acepta escuchar al resto de fuerzas siempre que haya un alto consenso.
La reforma de la Constitución estuvo muy presente en su 37º aniversario, hasta el punto de que el propio Mariano Rajoy abrió la puerta a una revisión de la Carta Magna pese a que el PP no ha incluido en su programa electoral ningún compromiso al respecto.
En un renovado tono dialogante, el presidente del Gobierno aseguró ayer que está dispuesto a escuchar al resto del partidos si tienen propuestas concretas y si revisten un alto consenso. «Yo no me cierro, evidentemente. Si alguien quiere hacer un planteamiento, estoy dispuesto a considerarlo», afirmó el jefe del Ejecutivo, quizá sabedor de que si quiere encontrar apoyos para repetir en la Moncloa una de las condiciones que se le impondrán será asumir un proceso de reforma. No obstante, Rajoy señaló a renglón seguido que para él abordar cambios en la norma fundamental no es una urgencia, como sí lo son, destacó, luchar contra el desempleo, consolidar el sistema de pensiones y servicios públicos fundamentales, defender la unidad de la nación o luchar contra el terrorismo.
Cuestión de importancia
El orden de prioridades de Rajoy choca con el de sus adversarios políticos. Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias insistieron hoy en adaptar la Constitución a los nuevos tiempos. Eso sí, lo hicieron cada uno por su lado y sin entrar en la concreción que les exige Rajoy para sentarse a hablar. El candidato del PSOE abogó por «poner al día» la Carta Magna. Esto significa, señaló, «garantizar una España unida, en derechos, en libertades y en oportunidades» y «blindar los derechos sociales que han puesto en riesgo los recortes del PP».
A pocos metros de Sánchez, Rivera centró su reforma constitucional en el problema territorial y la obligación de garantizar un nuevo proyecto común para toda España. El líder de Ciudadanos recordó que hace 37 años los españoles se pusieron de acuerdo en lo que les une y, apuntó, «hoy hay que volver a ratificar ese compromiso».
El más radical en sus exigencias de reforma es Pablo Iglesias. «Gracias 1978, hola 2016», señaló el candidato a la Moncloa a su llegada al Congreso. La frase está repleta de contenido. Por un lado Iglesias agradeció el cambio que supuso la aprobación de la Carta Magna.
Por otro, señaló la necesidad de modernizar una norma fundamental escrita para una España que poco tiene que ver con la de ahora.