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El PP polariza la campaña entre Rajoy o un tripartito para diluir a Ciudadanos

El presidente prevé «sorpresas» el 20-D y el partido confía en la remontada de Iglesias.

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Nuria Vega | Madrid
León

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Existen varias opciones para salir airoso de las urnas y gobernar. Una de ellas es lograr una mayoría incontestable como la que en el 2011 catapultó a Mariano Rajoy a la Moncloa. Pero si eso no es posible, siempre queda la esperanza de que el adversario pierda fuelle y se debilite por el camino. En este segundo escenario se ubica el PP a once días de las elecciones generales.

Los rastreos diarios, ‘tracking’, que realiza la dirección del partido apuntan, según fuentes de la cúpula popular, a un triple empate técnico entre quienes se disputarían la segunda posición en los comicios. Es decir, PSOE, Ciudadanos y Podemos. Un escenario favorable a los intereses del PP, que ha transformado el mensaje de «Rajoy o el caos» en «Rajoy o un tripartito» con el que buscan diluir en una maraña a su rival más peligroso, Albert Rivera.

El PP cree que el debate entre los tres candidatos y la vicepresidenta del Gobierno del pasado lunes ha redibujado el mapa electoral. Sus sondeos, y sobre todo sus impresiones, indican que mientras Ciudadanos desciende ligeramente, el PSOE se encuentra en «caída libre» y Podemos atraviesa su mejor momento desde hace meses. En la sede central de la calle Génova de Madrid, por esas paradojas de la política, se extrae una lectura positiva de la «remontada» de Iglesias porque mientras se fraccione el voto de la izquierda, y no sea Rivera el que capitalice el retroceso de los socialistas, todo estará en orden para el PP. No en vano el pasado domingo, en la conmemoración de la Constitución en el Congreso, Rajoy saludó al líder de Podemos con un inesperado pero ilustrativo «vais muy bien».

Con el PSOE «seriamente tocado», lo importante, para los intereses de los populares, es la distancia que pueda establecerse entre el PP y el resto, porque el partido cree que la lejanía con las otras opciones señalaría a Rajoy como vencedor de los comicios y legitimaría su argumento de que «gobierne la lista más votada». Una máxima que, al menos Rivera, no está dispuesto a respetar si logra los respaldos suficientes en el Congreso para sacar adelante su propia investidura.

Fuentes del PP inciden en que ven «de bajón» al presidente de Ciudadanos tras el auge experimentado en las últimas semanas. Pero, al tiempo, admiten desconocer «cómo se comportará el electorado» de Rivera y si su discurso, ilusionante hasta para algunos dirigentes populares, terminará por consolidar a la formación emergente a costa del PP.