Diario de León

MARIANO RAJOY. CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DEL GOBIERNO (pp)

«Estamos mejor que antes y no debemos cambiar el rumbo»

Que cuestionen su honradez ha sido la peor ofensa a la que se ha enfrentado esta campaña electoral. Lamenta que la percepción social sobre la corrupción extienda «una sombra de sospecha sobre todos los que estamos en la política para servir a los demás». Pide cuatro años más como presidente para redondear su proyecto.

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Mariano Rajoy Brey (60 años) desgrana en una de sus contadas entrevistas electorales —es la única concedida a un medio de Castilla y León— las razones por las que quiere repetir cuatro años más como presidente del Gobierno. Empieza por lo más cercano.

—¿Está más inquieto desde los recientes atentados de Francia y Kabul?

—Lo hemos visto en Francia, como lo acabamos de ver en Kabul, donde han muerto dos compatriotas nuestros, miembros de la policía nacional, Isidro Gabino Sanmartín y Jorge García Tudela. Isidro Gabino era de La Bañeza, de León, y por eso lo primero que quiero es enviar mis condolencias a los leoneses. Estos atentados son un duro exponente de una realidad que, por desgracia, no es nueva. La amenaza yihadista se extiende por muchos países, no sólo europeos, y España lleva años actuando para prevenirla. En ese objetivo se enmarca la presencia de nuestras Fuerzas Armadas en países como el propio Afganistán, Malí, República Centroafricana, Gabón, Somalia, Senegal y Turquía. En todos los casos, estamos luchando contra el terrorismo, defendiendo la seguridad, la libertad de las personas y el derecho a la vida.

—¿Pero existe riesgo?

—No cabe engañarse: no existe el riesgo cero, ni la seguridad absoluta. Pero sí creo que debemos confiar en el excelente trabajo que están desarrollando nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y nuestros servicios de inteligencia, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Y también debemos mantener la unidad de los demócratas, que, tal y como los españoles hemos comprobado, es la mejor fórmula para acabar con el terrorismo.

—¿Cuál ha sido la medida que más le ha costado tomar en estos cuatro años?

—No ha sido una legislatura fácil. He tenido que tomar medidas muy difíciles y afrontar decisiones no menos delicadas, como evitar el rescate, algo que mucha gente me reclamaba y que se ha demostrado que hubiera sido muy perjudicial para nuestra economía y bienestar social, tal y como hemos visto en países de nuestro entorno. En aquel momento, con la amenaza del rescate sobre nosotros, con un déficit oculto de 30.000 millones y con una caída en la recaudación de 70.000 millones, tuvimos que tomar decisiones complicadas, no había otra opción. Ahora, con la recuperación en marcha, es el momento de perseverar en nuestras políticas y de devolver a la sociedad el enorme esfuerzo que entre todos hemos hecho.

—¿Y cómo piensa hacerlo?

—Mi proyecto para la próxima legislatura se basa en mantener el rumbo y crear empleo, como mejor herramienta para sostener nuestros servicios públicos, de ahí que estemos anunciando medidas de estímulo económico y de fomento de la contratación, sobre todo indefinida y para quienes tienen más dificultad en encontrar empleo, además de rebajas de impuestos y ayudas específicas para familias, personas con discapacidad, etcétera.

—¿La reforma laboral ha servido para lo que fue concebida? Hay menos empleo, más estacional y precario.

—La reforma laboral ha sido una de las claves de la recuperación económica. Cuando llegamos al Gobierno, destruíamos más de 1.400 empleos al día; hoy los creamos. En cuanto a las acusaciones que algunos partidos hacen de una supuesta precarización del empleo, creo que es bueno analizar los datos con rigor. Tres de cada cuatro trabajadores por cuenta ajena tienen un contrato indefinido. En diciembre de 2011 la contratación indefinida se reducía a un ritmo del 30% anual y en 2015 aumenta a una tasa interanual del 14%.

—Pero sigue resultando más beneficioso tirar de contratos temporales.

—Evidentemente, hay empleos que son estacionales por su propia naturaleza. Pero precisamente entre las medidas que proponemos para la próxima legislatura se encuentra el fomentar la contratación indefinida con incentivos: que sea más ventajoso ofrecer un contrato indefinido que uno temporal. Por todos estos motivos, me sorprende que el principal argumento electoral del PSOE sea que va a derogar una reforma que todos los organismos internacionales y nuestros socios europeos reconocen como clave para la recuperación de nuestra economía.

—¿Qué les dice a quienes exhiben la sanidad como muestra de la degradación de servicios en estos cuatro años?

—Lo primero que debo decir es que debemos estar orgullosos de un sistema nacional de salud que es público, universal y gratuito. No es así en todas partes, y esta es una conquista de todos que debemos valorar y preservar, con una gestión responsable de nuestros recursos. Creo que se ha hecho mucha demagogia con este tema, lo que es especialmente llamativo cuando recibimos un país al borde de la quiebra, con 90.000 millones de déficit, las facturas sin pagar y una deuda sanitaria acumulada insostenible.

—¿Y de qué ha servido?

— Si algo hemos hecho ha sido consolidar el sistema y hacerlo sostenible a largo plazo, aportando soluciones a los problemas que el anterior Gobierno había dejado instalados. En esta legislatura todos hemos hecho un esfuerzo, pero, gracias a las medidas que hemos adoptado, se ha pagado lo que se debía a miles de proveedores, se ha mejorado la actividad asistencial y, lo que es más importante, esa mayor eficiencia nos está permitiendo introducir medicamentos innovadores, como el de la hepatitis C.

—¿Por qué debe gobernar usted durante los próximos cuatro años?

—Creo que es bueno que el Partido Popular gobierne durante los próximos cuatro años para garantizar una España unida y segura, consolidar la recuperación que se ha iniciado en esta legislatura, seguir creciendo y creando empleo, culminar la modernización de nuestra economía y mejorar el bienestar de las personas. Estamos mejor que antes y no debemos cambiar el rumbo, porque aún queda mucho por hacer y, si no nos equivocamos en las políticas, estoy convencido de que podemos tener veinte millones de empleos en el año 2020.

—¿Qué lleva de León, por ejemplo, en su programa electoral?

—Los programas electorales generales no se centran en ámbitos territoriales, sino en presentar propuestas políticas en muchos sectores diferentes, siempre con el interés general de todos los españoles en el horizonte. Otra cosa es que determinadas políticas tengan especial incidencia en alguna región, como ha sido el caso de León en esta legislatura, con mejoras en infraestructuras —pensemos en el AVE—, en materia de industria, política agroalimentaria o turismo. Vamos a perseverar en todas ellas para potenciar la economía, generar el empleo y, en definitiva, mejorar el bienestar de los españoles y, en concreto, de los ciudadanos de León.

—¿Su ambición es mantener en la provincia de León los tres diputados y tres senadores que tiene actualmente?

—Nuestra ambición es reeditar el apoyo que los leoneses nos dieron en noviembre de 2011 y para eso presentamos una lista muy solvente y de renovación, encabezada por Eduardo Fernández García y con personas con una trayectoria acreditada, como Manuel Cobo o Carmen González Guinda.

—¿Ve a su partido en León fuerte para estos comicios? Digamos que el asesinato de Isabel Carrasco y la posterior operación Púnica en León han sacudido duramente a la formación.

—Ciertamente en estos últimos años hemos vivido acontecimientos tristes para nuestro partido en León. Creo también que, una vez superados, el Partido Popular presenta una candidatura muy fuerte para estas elecciones y espero que una mayoría de los leoneses vuelva a confiar en nosotros para culminar el trabajo de recuperación que hemos llevado a cabo a lo largo de esta legislatura. Hace poco estuve en León, con motivo de la inauguración del AVE, y pude comprobar que el partido conserva un importante apoyo social en esta provincia y, en concreto, en la ciudad de León.

—¿Es la corrupción el principal problema político? 

—Entiendo y comparto la indignación de los españoles ante la corrupción. Es algo que resulta particularmente hiriente ante los esfuerzos que han hecho los ciudadanos para sacar a España de la crisis. Lamento profundamente esta situación, que además extiende una sombra de sospecha sobre todos los que estamos en la política para servir a los demás.

—¿Se hace todo lo que se puede?

—Porque la corrupción es un problema al que hay que hacer frente con todas las armas legales a nuestro alcance, mi Gobierno es el que más medidas y más reformas legales ha adoptado y más medios ha dotado para prevenir, perseguir y sancionar la corrupción, para desterrarla de nuestra vida pública y fortalecer el prestigio de nuestras instituciones; para que estas conductas no vuelvan a repetirse y, desde luego, para que no queden impunes. Me refiero, por ejemplo, a la tipificación del delito de financiación ilegal de los partidos políticos, el aumento de las penas por delitos de corrupción, o el simple hecho de que ahora sí se devuelve lo robado hasta el último céntimo.

Por otra parte, los casos de corrupción aflorados durante esta legislatura demuestran que el Estado de Derecho funciona, la Justicia actúa con independencia y la Ley es igual para todos, con independencia de nombres, cargos o siglas, lo que da testimonio de la calidad democrática del sistema.

—¿Ha tomado suficientes decisiones para que no vuelva a existir un gran caso de su corrupción en su partido? 

—El PP ha actuado con contundencia contra los implicados en casos de corrupción. Ya no forman parte de las filas del PP. Están fuera de la vida pública y no pueden hacer más daño. Los partidos a los que se les llena la boca con la regeneración democrática no han apoyado, ni dentro ni fuera del Parlamento, ninguna de las más de 70 medidas que el Gobierno del Partido Popular ha impulsado contra la corrupción. Es más, han votado en contra. Algunos candidatos han demostrado en numerosas intervenciones que ni siquiera las conocen, al exigir medidas que ya estaban aprobadas en el Congreso.

—¿Sería presidente sin ser el partido más votado?

—El Partido Popular se presenta para ganar las elecciones y con la intención de formar Gobierno. A diferencia de otras fuerzas políticas y otros líderes políticos, que se han mostrado ambiguos para dejar abierta la puerta a un pacto de perdedores, yo soy el único candidato que ha fijado el compromiso de respetar la costumbre constitucional de formar gobierno sólo si el Partido Popular es la candidatura más votada en España.

—¿Con quién no gobernaría en ningún caso?

—Lo fundamental es asegurar que el Gobierno garantice la estabilidad y las cuestiones esenciales que algunos ponen en cuestión, sin soluciones demagógicas, ni pasos atrás. Yo quiero seguir trabajando por el empleo, para mejorar el bienestar de las personas, por la unidad de España y por nuestra seguridad. Ese es mi objetivo. Ese es mi programa y con él gobernaré si merezco la confianza mayoritaria de los españoles.

—¿Sería capaz de apoyar a Albert Rivera como presidente del Gobierno para evitar un gobierno de izquierdas?

—Insisto, el Partido Popular se presenta para ganar las elecciones, con la intención de reeditar Gobierno y con el compromiso de gobernar sólo si gana las elecciones. El partido político que gane las elecciones debe formar Gobierno. Eso es lo más democrático.

—Pero esa consolidada teoría puede cambiar el 20-D.

—España necesita estabilidad y un gobierno fuerte. Ya tenemos experiencia sobrada en España de los experimentos de tripartitos, cuatripartitos y otras formas exóticas de pactos, y de los resultados nefastos para los ciudadanos. Necesitamos un gobierno con experiencia, que sepa qué quiere para España y qué dirección imprimir a sus políticas. Eso es lo que representa la oferta del PP a los españoles.

—Los nuevos tiempos exigen reformas en una Constitución pensada para otra época, ¿cuándo llegará el momento?

—Nuestra Constitución sigue plenamente vigente, porque dentro de ella cabemos todos. Dentro de ella han podido y pueden alternarse gobiernos de composición e ideas muy distintas. Ha sido y es el marco fundamental que ha permitido una profunda transformación de la sociedad española. Nos ha situado como una democracia consolidada, a la vanguardia del reconocimiento y garantía de derechos y libertades. Con ella se han fortalecido instituciones propias de un Estado social y democrático de Derecho. Gracias a ella hemos logrado el mayor periodo de crecimiento y bienestar de nuestra reciente historia, y nos hemos transformando en uno de los Estados más descentralizados de Europa, que reconoce y garantiza la diversidad y el pluralismo.

—Le preguntaba por los cambios en la Constitución.

—Nuestra Constitución es un esfuerzo colectivo concluido con éxito. Creo sinceramente que es una de las grandes conquistas de la que debemos estar orgullosos. Y creo también que ciertas disfuncionalidades o ineficiencias, agudizadas por la crisis, pueden resolverse sin necesidad de abordar un nuevo proceso constituyente. En todo caso, cualquier reforma requiere consenso, saber qué se quiere reformar y para qué. Lo demás son maniobras de distracción que en nada favorecen el debate político.

—La presión de los nuevos partidos y su tirón electoral ¿obliga ya a una reforma de la Ley Electoral para adecuar los resultados de los comicios a la representación legal?

—El sistema electoral español diseñado por la Constitución y la Ley Orgánica de Régimen Electoral General ha dado gran estabilidad a nuestro sistema político. Un sistema proporcional con representación de las minorías que permite que las Cortes Generales reflejen la pluralidad y el pluralismo político de la sociedad española. Por tanto, con carácter general no planteamos una revisión general de este sistema sino que propondremos algunas reformas destinadas a adaptar la norma a la nueva realidad social, en aspectos tales como la reducción de la duración de la campaña y, con ello, los gastos electorales. Dicho lo anterior, lo que sí promueve el Partido Popular es una reforma de la Ley Electoral a fin de reforzar el vínculo democrático para que gobierne la lista más votada en el ámbito municipal.

—Cataluña es una constante olla a presión, ¿se acrecienta la brecha territorial?

—Creo que hay que reconducir la situación de Cataluña, porque los catalanes no merecen unos dirigentes que basen su política en fracturar la sociedad catalana y enfrentar a los ciudadanos de esta comunidad con el resto de los españoles. Esa reconducción de la situación pasa, necesariamente, porque determinados dirigentes y partidos políticos cumplan la ley, recuperen la sensatez, la lealtad institucional y empiecen a trabajar con el objetivo de reforzar lo mucho que nos une. Mi Gobierno siempre ha estado dispuesto al diálogo y yo he dedicado muchas horas a dialogar con el señor Mas. Lo que no puedo aceptar es un contrato de adhesión, saltarse la ley, imponer a todos los españoles su proyecto de ruptura y negarnos la capacidad de decidir qué es España.

—Los barómetros internacionales sobre Educación señalan lagunas en el sistema español. Una de ellas es que sigue existiendo un abismo entre el mundo académico y el laboral.

—Nuestro futuro depende de la educación de nuestros jóvenes. El extraordinario potencial que tiene nuestro país no puede verse mermado por un sistema educativo de baja calidad, con unas tasas muy preocupantes de abandono educativo temprano que limitan la formación y las expectativas de futuro de nuestros jóvenes. Con la reforma educativa aprobada por mi Gobierno hemos querido afrontar los problemas principales que presenta nuestro sistema educativo y específicamente, la formación profesional y la escasa empleabilidad de los graduados.La reforma de la Formación Profesional ha supuesto convertirla en una alternativa educativa de valor y la Formación Profesional Dual, basada en prácticas en empresas y puesta en marcha en 2012, ha experimentado un gran crecimiento.

—¿Será posible en esta legislatura un pacto por la educación?

—Dada la importancia de esta cuestión, el PP plantea como objetivo de legislatura convocar a todos los grupos políticos y a toda la comunidad educativa a la consecución de un Pacto Nacional por la Educación.

—Recuperar cerebros fugados. España no puede permitirse una generación perdida de científicos, ¿incentivos para volver?

—La investigación, el desarrollo y la innovación, el I+D+i, es uno de los pilares del futuro de nuestro país y va a ser una de las prioridades de mi Gobierno en la próxima legislatura, si los españoles nos dan su confianza. Es cierto que nos hubiera gustado poder dedicar más recursos en esta legislatura, pero hemos tenido que priorizar el gasto público y dedicarlo a garantizar los servicios básicos y a ayudar a quien más lo necesitaba. Tenemos científicos de primera en instituciones de prestigio, eso es muy bueno para España y un ejemplo para nuestros jóvenes. También somos uno de los países con mayor investigación básica, pero nuestro reto es la transferencia de la innovación, esto es, convertir esa investigación en patentes que luego salgan al mercado.

—No parece suficiente.

—Hemos aprobado recientemente la creación de la Agencia Estatal Investigación para coordinar todas estas políticas y permitir además captar más fondos. Pero nuestro compromiso es apoyar con más financiación a los equipos científicos, seguir promoviendo la internacionalización de nuestra ciencia y financiar la recuperación del talento expatriado para que los científicos españoles que están en proyectos fuera de nuestro país, puedan regresar. El compromiso de mi partido es destinar los recursos necesarios para que en 2020 la inversión en I+D+i supere el 2% del PIB español y revisar dicho objetivo en la medida en que la recuperación del crecimiento lo permita.

Entrevista realizada por: Asun G. Puente, Álvaro Caballero, Maite Rabanillo y Marco Romero.

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