Mala cosecha la de 2015
El PP tiene que retrotraerse hasta 1986 para conseguir unos resultados tan bajos como los de ayer en León capital; al PSOE nunca antes le habían votado tan pocos electores.
El bipartidismo se resquebrajó también ayer en la capital leonesa. La pugna entre PP y PSOE y los partidos emergentes dejó ganadores a medias en las mesas electorales de León, donde el PP fue el partido con mayor número de votos —también perdidos— y el PSOE apenas pudo salvar los muebles ante la irrupción de Podemos como tercera fuerza política y Ciudadanos como cuarta opción. Curiosamente, Unidad Popular, que en los comicios de 2011 acudió como Izquierda Unida de Castilla y León, tuvo ayer sólo un voto menos que hace cuatro años (3.849).
Un somero repaso a las cifras arrojadas tras el escrutinio de los 77.893 votos emitidos en la capital —es el 75,39% del censo electoral— sugiere una amplia abstención de los electores que en 2011 votaron al Partido Popular y una extraordinaria movilización del voto de la izquierda, rotundamente capitalizado por Podemos, que acaparó el 16,65% del electorado (12.844 sufragios). El PSOE, con 16.658 votos (21,60%), perdió ayer un total de 7.457 apoyos; esta fuga pudo haber engrasado la maquinaria del partido de Pablo Iglesias. En cuarta posición se encuentra Ciudadanos, muy cerca de Podemos en votos (12.317). La formación de Albert Rivera ha sabido atrapar a una buena parte de los electores leoneses, pero no los suficientes para abanderar el cambio que iniciaron en las últimas municipales, cuando sus expectativas eran otras.
Respecto a las formaciones menores, llama la atención el descalabro de UPyD, que pasa de tener 5.031 electores en 2011 a 744, y el impulso del partido animalista Pacma, que prácticamente ha doblado sus apoyos en los últimos cuatro años. Ya más residuales son las formaciones de VOX (282 votos), Prepal (271), Ciudadanes Rurales Agrupados —es el partido de la ex alcaldesa de Gradefes— (213), Partido Comunista de los Pueblos de España (135), Recortes Cero (123) y Democracia Nacional, que con 103 votos se convierte en la fuerza política con menos votos en la capital leonesa.
La tendencia de voto durante las elecciones generales convocadas en la democracia inidica que tanto el PP como el PSOE viven uno de sus peores momentos políticos. Los 28.248 sufragios arañados por la candidatura de Mariano Rajoy en León retrotraen al partido a niveles de 1986, cuando votaron a AP 27.427 ciudadanos. Desde entonces, el PP se ha mantenido en cifras que rodean los 40.000 electores. Por su parte, el PSOE ha perdido el apoyo de 7.457 votantes en cuatro años, hasta quedarse en los 16.658. Nunca antes en toda la democracia el PSOE había tenido unos resultados tan penosos. Ni siquiera en 1979, cuando los socialistas tuvieron en León capital 19.594 votos de su parte. Nada que ver, claro está, con los 47.534 apoyos que cosechó la formación socialista en 1996 o los 41.602 que dieron su voto a Zapatero para convertirse por primera vez en presidente del Gobierno (2008).
Es por eso que, a la espera de obtener datos más precisos sobre las mesas electorales de la capital, el binomio de Podemos y Ciudadanos, ambos con un electorado joven, tiene mucho que ver en este rupturismoi. En parte porque muchos de sus votantes no son nuevos electores, sino que antes ya han votado al PP o al PSOE.