El cambio no llega al Senado, que mantiene el bipartidismo
Que la cocina del Senado no es la fundamental en la política española volvió a verse anoche. A tenor de los tres senadores que obtuvo el PP y el único representante socialista cabría decir que en la Cámara Alta mantiene el bipartidismo, cuando, en realidad, las urnas han arrojado un escenario electoral absolutamente fragmentado en León, con un importante revolcón por parte de los ciudadanos a los dos grandes partidos.
Luis Aznar, el numero uno de la papeleta sepia por el PP, ejerció el liderazgo, aunque con el 94,21% escrutado se quedaba a 11.970 votos de la papeleta al de su partido al Congreso de los Diputados. Y es que los sufragios que caen a una y otra urna no tiene por qué coincidir. Aunque en esta convocatoria no ha habido líder menos votado que el segundo o el tercero, la diferencia de votos entre candidatos de una misma formación política indica lo aleatorio que puede resultar el voto al Senado.
Tampoco el senador socialista electo por león, Graciliano Palomo, alcanza en votos a la papeleta blanca. Pero lo mismo ocurre con Podemos, Ciudadanos y otras opciones políticas. El fenómeno sólo se produce a la inversa con candidaturas residuales, como Democracia Nacional, con más adeptos en el Senado que en Congreso, y Vox.