El bipartidismo se hace fuerte
PNV y PP consiguen los escaños más baratos al primar la ley electoral a las circunscripciones menos pobladas, y Podemos e IU-Unidad Popular, los más caros.
El bipartidismo, al que muchos auguraban el acta de defunción en las elecciones del domingo, resistió, aunque retrocedió. Quedan lejos los tiempos en que PP y PSOE reunían entre los dos más del 80% de los diputados del Congreso, pero todavía se mantienen como primera y segunda fuerza. La suma de ambos supera, aunque por poco, el 50% de los votos, su representación más baja desde la Transición. Un descenso paliado por una ley electoral cocinada por ambos partidos y los nacionalistas en 1978, y que permite a los dos grandes contar con más del 60% de las actas de la Cámara baja.
Con razón PP, PSOE y los nacionalistas son los más reacios a la reforma de la ley electoral. Con el sistema aprobado hace 37 años consiguen, como quedó demostrado en los comicios del domingo, una sobrerrepresentación en el Congreso, además de conseguir los escaños más baratos del mercado. Los populares sumaron el 28,7% de los votos, pero tienen el 35% de los diputados; los socialistas alcanzaron el 22% de los sufragios y suman cerca del 25% de los escaños.
PP y PSOE suman así una confortable mayoría absoluta con sus 213 asientos de los 350 del Congreso, pero con ser una presencia importante está muy por debajo de la media histórica, y por supuesto de los 323 que consiguieron ambos hace solo siete años. Los dos partidos mayoritarios siempre han estado por encima de los 275 escaños. Pero el declive de esta última legislatura ha sido demoledor. En 2011, sumaron 296 diputados y en cuatro años han perdido 83. Con todo, resiste.
Esto sucede porque la ley prima a las circunscripciones menos pobladas, en las que los dos partidos mayoritarios se imponen y casi copan la representación en todas. Podemos y Ciudadanos, en cambio, se estrellaron en las provincias con menos habitantes. El partido morado se quedó sin representación en 14, todas con pocos escaños en juego, y el naranja se quedó con un rosco en 26.
Los nacionalistas también salen favorecidos. El PNV con la tercera parte de los sufragios que IU triplica sus diputados; Esquerra, con 300.000 votos menos que los de Alberto Garzón casi quintuplica la presencia en el Congreso o Democràcia i Llibertat, que con 400.000 menos cuadruplica los asientos.
