Diario de León

Rajoy abre a PSOE y Ciudadanos las puertas para formar parte del Gobierno

El presidente trabaja para lograr un Ejecutivo «de amplio apoyo parlamentario».

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la comparecencia de ayer.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la comparecencia de ayer.

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nuria vega | madrid
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Desde el atril de La Moncloa, en una comparecencia inesperada, Mariano Rajoy abrió ayer las puertas del Consejo de Ministros a PSOE y Ciudadanos. El presidente del Gobierno en funciones está dispuesto a contemplar casi cualquier escenario que le permita liderar el próximo Ejecutivo, incluso si eso pasa por dar cabida en su equipo a los de Pedro Sánchez o Albert Rivera. En la mesa de negociación ya no se descarta que alguno de los ministerios e incluso la vicepresidencia puedan recaer en otras formaciones políticas a cambio del apoyo necesario para gobernar sin excesivos quebraderos de cabeza. «Eso ya son los detalles; habría que hablarlo», admitió Rajoy a punto de inaugurar la segunda fase de conversaciones.

El objetivo que se ha fijado el presidente, el de gobernar con cierta estabilidad, requiere el consenso con las únicas dos formaciones con las que el PP comparte, a día de hoy, una visión de España que pasaría por poner freno al desafío independentista catalán y generar confianza en los mercados internacionales. Con el PSOE y con Ciudadanos, los populares sumarán en el Congreso los «más de 200 escaños» que persigue Rajoy para permitir un Gobierno de «amplio espectro» y «apoyo parlamentario» que garantice una legislatura en la que está convencido que toca emprender nuevas reformas para consolidar la recuperación económica. Y en ese reto no está dispuesto a ceder el sillón presidencial.

Muchas son las fórmulas con las que fantasea el PP para ganarse el beneplácito de los socialistas y no se cierra a ninguna de ellas. La «gran coalición» con el PSOE, por la que aboga la dirección de los populares, es, sin embargo, la más alejada de la realidad en estos momentos. Más aún si en ese Ejecutivo se pretende incluir a Ciudadanos, que ya ha anticipado su determinación de permanecer en la oposición.

La resistencia total de los socialistas lleva, además, al entorno del presidente a trabajar por conseguir al menos la abstención del PSOE y Ciudadanos ante la investidura de Rajoy, y negociar con ambas formaciones un pacto de legislatura que permita la gobernabilidad al próximo Ejecutivo. Esta idea fue deslizada por el presidente durante la segunda semana de la campaña, cuando restaban cinco días para la apertura de las urnas y en el autobús de su caravana electoral defendió alcanzar un acuerdo para sacar adelante las prioridades de los próximos cuatro años.

Se trataría de una «solución excepcional», en palabras del vicesecretario del PP Javier Maroto, que recuerda que el consenso entre PP y PSOE fue posible en 2009 en Euskadi para alzar al socialista Patxi López a Ajuria Enea con un Ejecutivo en el que no se integraron los populares. «Ese ejemplo de nuestra historia reciente es un buen ejemplo de lo que yo creo que deberíamos hacer el PP, el PSOE y Ciudadanos», defendió ayer en una entrevista en Radio Nacional.

Confianza en el PSOE

Es más, a juicio de Rajoy no hay más «alternativa» que ese consenso, se materialice de una u otra manera. De ahí que relativice el no rotundo que el líder de los socialistas le trasladó el pasado miércoles en La Moncloa. Esa reunión forma parte, a su entender, de «una primera toma de contacto» en la que el rechazo de Pedro Sánchez le robó la «oportunidad de decir nada». Y fuentes del Gobierno todavía contemplan que, tras el pulso de los próximos meses, el PSOE acepte pactar con los populares. «Estos días han pasado muchas cosas en el partido», advierten esas mismas voces después de que el PP recibiera casi con esperanza la presión interna sobre Sánchez para impedir un acercamiento a Podemos que el jefe del Ejecutivo insiste en calificar de «malo» para los españoles. «Pretender presidir el Congreso y el Gobierno con 90 escaños no es algo excesivamente razonable», espetó ayer Rajoy a su adversario.

El tira y afloja amenaza, sin embargo, con prolongarse en el tiempo y, mientras tanto, el presidente «supone» que ampliará sus contactos a otras formaciones, a excepción de Convergència, tras haber telefoneado ya al lendakari, Íñigo Urkullu. En el Gobierno no se trabaja con plazos para el primer debate de investidura al que el presidente ha dejado claro que se presentará tenga o no los respaldos suficientes. Es más, Rajoy quiere volver a representar al PP como cabeza de cartel en caso de repetición de elecciones y asegura sentirse respaldado por el Comité Ejecutivo de su partido.

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