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El rey abre consultas consciente de las dificultades para investir a Rajoy

Felipe VI aprovecha para sondear las posibilidades, también escasas, de Sánchez.

Felipe VI y el diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo.

Publicado por
Paula de las heras | MAdrid
León

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La ronda de consultas del Rey a los portavoces de las fuerzas políticas con representación en el Congreso no ha hecho más que empezar y el propio Felipe de Borbón ha mostrado ya su escepticismo sobre la posibilidad de que, de ella, pueda salir un candidato a la investidura con posibilidades de convertirse en presidente del Gobierno. «Quizá nos tengamos que volver a ver en un futuro inmediato», dijo a sus dos primeros interlocutores, según relataron ellos mismos tras el encuentro.

No es más que la constatación de algo que en los partidos ya se daba por sentado. Mariano Rajoy que como líder de la fuerza más votada será a todas luces el aspirante que proponga el Monarca al presidente de la Cámara baja cuando, el viernes, concluya sus audiencias, no ha logrado atraer, desde el día de las elecciones, ningún apoyo que le permita sortear el trámite con éxito.

Pero el comentario dice algo de la actitud con la que el Jefe del Estado afronta la situación.

El hecho de que, por primera vez desde la Transición, ningún partido haya obtenido una mayoría suficientemente sólida como para garantizar la formación más o menos inmediata de Gobierno había abierto un debate sobre los márgenes de actuación de don Felipe en su calidad de árbitro y moderador del «funcionamiento regular de las instituciones», un papel que le atribuye la Constitución pero sobre cuyo significado tangible existen enormes dudas.

Ahora, parece claro que el rey considera que la responsabilidad en la búsqueda de consenso y acuerdos concretos debe recaer en los propios partidos y que su intervención ha de ser limitada.

No hay visos, pues, de que el rey se plantee prolongar las conversaciones con los partidos más allá del protocolo habitual con el fin de tratar de hacer una propuesta viable. Se limitará a cumplir el calendario que, como bien se encargaron de subrayar la semana pasada desde Zarzuela, les fue remitido desde el Congreso de los Diputados.

Bildu no participa

La agenda ha sufrido, aún así, alguna variación. Esquerra Republicana de Catalunya no estaba en ella porque se niega a acudir al despacho del rey hasta que éste se avenga a recibir a la presidente del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, para que le traslade en persona, como ella solicitó, y no simplemente por escrito, la designación de Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat. Pero ayer Bildu anunció que, a diferencia de lo que hizo hace cuatro años, cancelará la visita. Su argumento es que ya trasladó al anterior jefe del Estado su deseo de que se «mojara por la normalización y la paz» en el País Vasco y que nada ha cambiado.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, además, acudirá a Zarzuela mañana a las cinco de la tarde, en lugar del miércoles, por motivos personales. Cambia su hueco por de IU. Por lo demás todo sigue igual. Y es previsible que las cosas vayan con cierta agilidad para no alargar más de lo necesario el bloqueo institucional en el caso de que haya que repetir elecciones. La decisión no podrá tomarse nunca antes de los dos meses de plazo que fija la legislación desde la primera sesión de investidura, pero tampoco se irá más allá. Según fuentes parlamentarias, el monarca ya está aprovechando para sondear también las posibilidades de un Gobierno de Pedro Sánchez.

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