Diario de León

El ‘héroe’ ya no es anónimo

Mielgo, casi oculto hasta ahora, pasó por siete teles nada más salir de la sala.

Mielgo, asediado por los medios al salir de declarar.

Mielgo, asediado por los medios al salir de declarar.

Publicado por
a.g.puente / á. caballero | león
León

Creado:

Actualizado:

No es un héroe. Lo ha tenido que repetir hasta la saciedad. «Sólo soy una persona normal que estaba allí e hizo lo que debía», zanjó hace 20 meses cuando este periódico le localizó en exclusiva por primera vez diez días después del crimen, en plena caza de todos los medios de comunicación por la ciudad para encontrarlo. Pero ayer, el policía jubilado que persiguió a Montserrat, el hombre que apenas salió a la luz pública para recoger la medalla al mérito de la Policía Local, se destapó antes las cámaras de forma abierta nada más salir de la sala de vistas, después de que las acusaciones le motearan el prestigio con la petición al magistrado de que se le juzgue por falso testimonio. Herido en su orgullo, en el plató de la plaza de San Isidoro, atendió sin descanso a las siete televisiones que quisieron entrevistarle por separado en directo: el Programa de Ana Rosa, Informativos Telecinco, Cuatro, Antena 3, La Sexta, TVE, Televisión de León... Una rueda interminable, tras haber atendido a todos los medios a la vez, a la que se sometió con abnegación, mientras su mujer le guardaba el turno para sucederle ante el foco televisivo.

Atrás quedaban las tres acusadas inmersas en el murmullo que levantó en la sala el testimonio de Mielgo. Un runrún incómodo que se extendió incluso entre los miembros del jurado, que se intercambiaron impresiones cuando el policía jubilado no se reconoció en la grabación de la llamada del 112. Frente a ellos, Triana hizo el esfuerzo de aparentar indiferencia, mientras su madre permanecía latente en espera de que cualquier movimiento de la niña, que acostumbra a pasar notas a su abogado, la hacía saltar como un resorte.

Sincronizadas hasta el más mínimo detalle, madre e hija se acompasaron un día más, conjuntadas en los tonos de la vestimenta, sin salirse del negro y el marrón oscuro en el que han enmarcado sus relatos. La atonía la rompió por segunda jornada Raquel Gago, por primera vez girada para mirar a los testigos, «con más luz», como advertía uno de los asistentes que se han hecho habituales en la convocatoria de primera hora de la mañana para asistir como público en la sala, donde bajó la afluencia hasta dos tercios de aforo. Allí se vio el debut oficial de Mielgo, que insistió en que no es un héroe. Ahora, tampoco anónimo.

tracking