Los secesionistas catalanes aplazan la tramitación de las leyes de desconexión
Las diferencias en la gestión del proceso entre Junts pel Sí y la CUP afloran cada vez más.
c. reino | barcelona
Lo que desde Junts pel Sí calificaron ayer como «posicionamientos políticos distintos» entre los dos partidos secesionistas se tradujo en un nuevo retraso de la tramitación de las tres leyes de la desconexión con las que quieren dejar lista a Cataluña para la ruptura con el resto de España.
Junts pel Sí y la CUP no se ponen de acuerdo sobre cómo tramitar estas tres leyes, hacienda propia, seguridad social y transitoriedad jurídica, y por esta razón la mesa de la Cámara catalana aplazó ayer para la semana que viene como mínimo la decisión sobre bajo qué fórmula se elaborarán las tres normas.
Un informe de los letrados del Parlamento autonómico concluyó la semana pasada que, según el reglamento de la Cámara, Junts pel Sí y la CUP no pueden crear una ponencia conjunta, el formato que ambos querrían utilizar, porque necesitan el apoyo de la mayoría de los grupos, un respaldo que no tienen.
Los dos partidos independentistas son partidarios, al menos en hacer oídos sordos al informe jurídico y continuar con la ponencia. Pero en Junts pel Sí no acaban de verlo claro.
La pelota está en el tejado de los independentistas, que deben decidir si desobedecen a la Cámara catalana o reculan y apuestan por una proposición de ley, un proyecto de ley o una comisión, que tienen el riesgo de que serían impugnadas de manera automática por el Gobierno central, y por tanto, la elaboración de las tres leyes quedaría en suspenso.