La fuerza del PP en las Cortes puede hacer fracasar el pacto
Por primera vez desde las elecciones del 20 de diciembre, el PP sumó sus capacidades y le salieron las cuentas. Sus 123 escaños no le permiten conservar el Gobierno, pero sí impedir la reforma constitucional pactada por Ciudadanos y el PSOE. Los populares ocupan más de un tercio del hemiciclo, y eso, sumado a la mayoría absoluta que tienen en el Senado, les otorga la capacidad para vetar cualquier modificación de la Carta Magna que no cuente con su consentimiento.
El procedimiento que recoge el artículo 167 de la Constitución facilita al PP el bloqueo en el Parlamento. Si el partido de Albert Rivera pretende cambiar el texto junto a los socialistas para suprimir los aforamientos, simplificar la iniciativa legislativa popular, despolitizar la Justicia, limitar a ocho años los mandatos del presidente del Gobierno y eliminar las diputaciones provinciales, tendrá que sentarse a negociar con los populares en esta legislatura.
En realidad, casi todas las demandas de Ciudadanos son, de una manera u otra, compartidas en el PP, pese a que nunca se ha querido avanzar en serio en estas materias.
El mayor escollo para el entendimiento lo plantea la propuesta de supresión de las diputaciones provinciales. El PP amaga, de hecho, con convertirse en el adalid de la defensa de estos organismos frente a la cesión del PSOE a Ciudadanos.