Cerrar

PP y Podemos se mantienen ajenos a la presión para investir a Pedro Sánchez

Rivera pide un encuentro a Rajoy para demostrarle que no tiene excusas para rechazar el acuerdo.

El portavoz del PP en el Congreso, Hernando, durante la rueda de prensa que ofreció ayer. s. b.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

a. t. / p. d. l. h. | madrid

El PP y Podemos van a ignorar de aquí al 5 de marzo todas las presiones de PSOE y Ciudadanos para que se replanteen su posición negativa ante la investidura, permitan a Pedro Sánchez convertirse en presidente del Gobierno, y eviten, de paso, la repetición de elecciones.

Ambos tienen ya decidido que responderán con un no a Sánchez tanto en la primera votación, la del 2 de marzo, como en el segundo intento del 5 de marzo, les digan lo que digan. Ayer lo ratificó el portavoz popular, Rafael Hernando, cuando aseguró: «No vamos a votar a Zeta-Pedro (haciendo un juego de identificación con las iniciales de Zapatero y el apellido Sánchez) se pongan como se pongan».

La formación de Pablo Iglesias no tiene nada que meditar porque no admiten más opción que un Ejecutivo de coalición con los socialistas y porque se declaran incompatibles con el contenido del pacto sellado por el PSOE y Ciudadanos, el mismo motivo que adujeron el miércoles para levantarse de la mesa de conversaciones con los socialistas y aplazar sus contactos sine die.

En el caso de los populares, porque ni siquiera se plantean, sea con el programa que sea, la posibilidad de respaldar a otro aspirante a La Moncloa que no sea Mariano Rajoy, que creen que es el único candidato ungido para el cargo por ser el líder del partido más votado en los comicios del 20-D.

Podemos y PP no ven margen alguno para retomar o iniciar las negociaciones hasta después del 5 de marzo, una vez que Sánchez fracase en su doble paso por el pleno del Congreso con sus votos en contra. Los de Iglesias utilizarían el naufragio para reiterar al PSOE la oferta del Gobierno de coalición de izquierda si está dispuesto a divorciarse de Rivera. Los populares se abrirían, entonces sí, a conversar con los mismos hipotéticos socios que ahora rechazan, PSOE y Ciudadanos, pero para que su candidato intentase la investidura que rechazó en primer lugar.

Pese a la evidencia, Albert Rivera se niega a tirar la toalla. El líder de Ciudadanos ignoró las duras críticas de los populares, que ayer lo describieron como un político sin palabra y como el «pichón» y el «correveidile» de Pedro Sánchez, y reclamó por carta a Mariano Rajoy una entrevista antes del 5 de marzo para convencerle de que puede asumir perfectamente buena parte de las 200 medidas del pacto con los socialistas y abstenerse.

En esa misma batalla está el PSOE con Podemos. Los socialistas saben que no tienen apenas margen para convencer al partido de Iglesias de que cambie su decisión de suspender conversaciones de aquí a la sesión de investidura.

Cargando contenidos...