Diario de León

El viaje es apasionante, pero el destino más

Respuesta a los nuevos retos . 7/7

Los siete últimos directores analizan la trayectoria del Diario durante las últimas décadas hasta convertirse en el líder absoluto de la información en León. Sánchez Torné recuerda los decisivos acontecimientos ocurridos en los dos últimos años.

Joaquín S. Torné, con la plantilla, colaboradores y corresponsales del Diario en la jornada en la que se celebró el 110 aniversario. ramiro

Joaquín S. Torné, con la plantilla, colaboradores y corresponsales del Diario en la jornada en la que se celebró el 110 aniversario. ramiro

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JOAQUÍN S. TORNÉ. Director desde junio de 2013
León

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Cuando en noviembre de 1993 salí de la redacción de Diario de León en busca de otros horizontes profesionales no imaginaba ni por asomo que regresaría veinte años después para dirigir el periódico. Habían pasado dos décadas y en apariencia todo seguía casi como lo dejé. Sin embargo, el tiempo produce cambios que en el día a día apenas se observan pero que a la postre son notables. Buena parte de aquel equipo de los primeros años noventa, experimentado y profesional, ha dejado paso a otro grupo de excelentes periodistas que se han unido a los veteranos. Es imposible penetrar en la cabeza de Francisco Martínez Carrión y por lo tanto es difícil conocer lo que pensaba en aquellos años. Tampoco soy capaz de bucear en las de Javier Olave, Íñigo Domínguez, José Luis Rodríguez, Fernando Aller o Pablo Lago, por citar sólo los que han recorrido en esta semana los últimos 43 años de la historia de DIARIO DE LEÓN y de la provincia en los acontecimientos más sobresalientes. Sin embargo, estoy seguro de que coinciden en pensar que dirigir el Diario es sencillo por una razón fundamental: la redacción tiene más cosas que enseñar que las que le queda por aprender. No voy a citar a ninguno de los periodistas que me acompañan en este vibrante viaje —la lista coincide con el cien por cien de la redacción y de los colaboradores—, pero baste decir que en el noventa y nueve por ciento de las ocasiones se adelantan a mis ideas y las mejoran. Esa circunstancia, esa brillantez, enriquece el periódico que todas las mañanas ponemos en el kiosco. En cada edición volcamos un gran esfuerzo y albergamos la ilusión de haber satisfecho de alguna manera la necesidad que toda sociedad tiene de información veraz, ajena a intereses espurios, que permita a cada uno formarse una opinión sobre los acontecimientos que le rodean. Quizá sea éste, el análisis, la contextualización y la interpretación, el camino que debemos emprender ahora que los digitales y las redes sociales tienen la inmediatez como señas de identidad. La nueva costumbre de acudir a los teléfonos móviles, las tabletas y los ordenadores ha hecho que también DIARIO DE LEÓN, a través de su digital diariodeleon.es, de Facebook o de Twitter, se haya subido a ese carro de la información al instante, pero no olvida que sus lectores se mueven en todas las franjas de edad y por lo tanto digital y papel deben convivir.

Efectivamente, DIARIO DE LEÓN, y el Periodismo en general, se enfrenta en la actualidad a retos formidables. Los cambios tecnológicos obligan a un esfuerzo de adaptación constante. Con ese objetivo de adaptación, el pasado 3 de febrero, coincidiendo con la fecha exacta del 110 aniversario, el periódico salió a la calle renovado, con un nuevo diseño destinado a facilitar la lectura de sus páginas, más ágil y limpio en su concepción, pero manteniendo los contenidos como el principal motor de la labor diaria de la redacción, y desde luego preservando la idiosincrasia propia de un producto informativo que leen todos los días casi 140.000 personas. En ese contexto, DIARIO DE LEÓN ha logrado traspasar las fronteras de León con la forma en la que sus periodistas han cubierto toda la información relacionada con el asesinato de la presidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco, aquel 12 de mayo de 2014. Artículos de fondo, opiniones de expertos e información pura, y desde luego dura en este caso, han salpicado las páginas del periódico el mismo día del magnicidio y todos los posteriores en ese trágico mes para León, y ahora durante la celebración del juicio a las tres mujeres que ya hace ocho días fueron declaradas culpables por un jurado popular.

El asesinato de Isabel Carrasco no sólo ha marcado buena parte del presente de DIARIO DE LEÓN. Probablemente haya sido el acontecimiento más importante que haya vivido León en buena parte de su historia. Es cierto que las noticias elegidas por los anteriores directores han sido todas ellas determinantes, pero quizá no tanto como ésta por su crudeza y porque León se convirtió por unos días en el centro neurálgico de la información de todo el país. Ni debo, ni puedo, ni quiero dejar pasar la ocasión de reconocer el trabajo de toda la redacción en un momento tan duro. El compromiso de periodistas, fotógrafos y también del resto de compañeros de administración de DIARIO DE LEÓN es digno de ese reconocimiento. Todos ellos saben de las felicitaciones que han llegado al periódico por su trabajo. Bueno es decirlo para poder dar las gracias a los lectores por ese apoyo.

Sin embargo, no ha sido la única gran noticia, por su dimensión que no por su bondad. La detención y encarcelamiento del sucesor de Carrasco al frente de la Diputación Provincial, Marcos Martínez Barazón, el 27 de octubre de 2014, supuso también un enorme impacto en la sociedad leonesa. Apenas habían pasado seis meses desde el asesinato de Isabel Carrasco y, sin tiempo de recuperación, llegaba un nuevo varapalo para la sociedad leonesa, atónita antes las revelaciones de la Operación Púnica.

Entretanto, cientos de informaciones y artículos de opinión han visto la luz desde las páginas de DIARIO DE LEÓN, siempre con la intención de ofrecer visibilidad a todos los colectivos, asociaciones, empresas o instituciones de la provincia.

Pero no sólo la actualidad provincial ha marcado esta etapa en DIARIO DE LEÓN. España vive momentos socialmente convulsos, ennegrecidos por la corrupción y desperezados por la llegada al panorama político de nuevos actores que han provocado un verdadero terremoto electoral. Quizá no seamos conscientes del todo de que vivimos un periodo muy parecido al que describieron en los dos primeros artículos de esta serie tanto Javier Olave como Íñigo Domínguez. España vive una segunda transición, tan complicada como la que se inició en 1975 y del mismo modo apasionante para quienes nos dedicamos a este oficio maravilloso que es el Periodismo. La Democracia española ha madurado desde entonces y DIARIO DE LEÓN ha crecido también en estos años en peso social. La trascendencia de las informaciones generadas por los partidos políticos y por las instituciones hace que los periodistas deban ser exquisitos en las noticias y avispados en las interpretaciones. DIARIO DE LEÓN tratará siempre de dar una visión real, moderada en las formas y firme en los planteamientos. Este es el método de entender la labor de toda una redacción, conformada como un perfecto caleidoscopio de posiciones ideológicas. De nada sirve utilizar el sistema de la brocha gorda, es decir la crítica desaforada, fácil y a veces injustificada que utilizan los agitadores del Periodismo; el uso del pincel fino es mucho más edificante y contribuye mucho más a desarrollar una sociedad que el brochazo grande y descontrolado. El brochazo es para pintar paredes y el pincel para dibujar hasta las arrugas del rostro de una sociedad.

Si el panorama político nacional es apasionante por los cambios presentes y futuros, no lo es menos el devenir de la provincia de León. En estos tres años se ha experimentado un vuelco notable en las tradicionales estructuras económicas de León. En poco tiempo se han enterrado sectores históricos como la minería —no por decisión propia sino más bien ministerial, con la mirada ausente del Gobierno central y la pelea estéril del regional— y se ha despertado un nuevo panorama económico suspendido en el turismo, en la biotecnología y en las TIC. El viaje a través de este nuevo presente es absolutamente apasionante y debe ser la vía para conseguir que León disfrute de un excelente futuro. Mimbres existen de sobra.

El pesimismo y el victimismo han sido, y a veces aún lo siguen siendo, casi una forma de vida para los leoneses. Es necesario traspasar esa barrera y comenzar a ver el futuro de León con optimismo. DIARIO DE LEÓN pretende contribuir a aclarar esa mirada desde la objetividad, desde la independencia, pero también desde la denuncia de todas aquellas cuestiones que sean criticables. Quienes tienen la responsabilidad de conformar la opinión pública no deben sólo disfrutar de un bonito viaje sino tener en cuenta que el objetivo es el destino y que es ese destino el que debe ocupar la mente de los que pretenden hacer de la provincia de León un lugar de encuentro, de visita y de permanencia.

En los seis artículos que han precedido a éste, y también en éste, se ha ofrecido un gran resumen de los acontecimientos más importantes ocurridos en los últimos 43 años. La mayoría de ellos han sido complejos cuando no difíciles de digerir por los lectores en el momento en el que se produjeron. Así es la actualidad. DIARIO DE LEÓN tratará, ya lo hace, de contribuir con toda la fuerza de sus páginas a conseguir publicar en su primera página la noticia de que se ha acabado con el paro, de que todos los leoneses tienen un digno modo de vida. Y también, por qué no, que León vive de cara al futuro y no mirando de manera constante al pasado.

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