Díaz ofrece al líder del partido un apoyo medido

Si algo tienen claro los barones y sectores críticos del PSOE con la dirección de Pedro Sánchez es que, hasta que no pase la sesión de investidura, no reavivarán el fuego cruzado del que tan mal parados salieron a principios de este año, cuando trataron de forzar la salida del secretario general. No quieren que nadie les pueda acusar ya de hacer daño al partido y en ello se empeñó ayer Susana Díaz. «España necesita un gobierno sensible, sólido, y un presidente firme como Pedro Sánchez que ponga rumbo a este país», dijo en el tradicional acto de su partido en el día de la comunidad, unas horas antes de votar en la consulta a la militancia.

El gesto choca con la actitud mantenida durante los últimos días por la líder de los socialistas andaluces. Ni ha hecho campaña a favor del pacto suscrito con Ciudadanos ni llamó en ningún momento a la participación. Tampoco lo hizo este sábado; aunque, en su descargo cabe decir que en público no se le ha oído crítica alguna, como las que sí salieron de boca de otros presidentes autonómicos como el castellano-manchego Emiliano García-Page o el aragonés Javier Lambán. Ella trató de rebajar incluso el enfado interno por el acuerdo para transformar las diputaciones provinciales en consejos de alcaldes.