LA NUEVA LEGISLATURA
El 'uno por uno' del debate de investidura
Aunque probablemente no servirá para que el viernes haya nuevo presidente del Gobierno, el debate de investidura de Pedro Sánchez ha roto el guion tradicionalmente plúmbeo de este tipo de sesiones. El Congreso ha vivido un fuego cruzado entre los líderes de las cuatro principales fuerzas políticas.
PEDRO SÁNCHEZ
Conciliador. Es el candidato a presidente y, en consecuencia, estaba llamado a ser el protagonista de la jornada. Pero el secretario general del PSOE ha quedado algo ensombrecido por la bravura de sus contrincantes. Ha querido mantener el rol institucional en que se enfundó en su discurso del martes, pero ha tenido que sacar las garras ante las invectivas de Mariano Rajoy y Pablo Iglesias. Le ha sacado de quicio especialmente la alusión del líder de Podemos a los GAL, con quien ha protagonizado el duelo dialéctico más eferverscente de la mañana. La consecuencia de todo ello es que sale del debate con los mismos insuficientes apoyos con los que entró.
MARIANO RAJOY
Socarrón. Del presidente en funciones siempre se ha destacado como virtud su oratoria parlamentaria. Este miércoles la ha vuelto a demostrar con un discurso plagado de sarcasmo cuyo fin era desdeñar la capacidad de Sánchez de forjar acuerdos y denunciar que la verdadera intención del socialista no es otra que llegar lo mejor parado posible a las elecciones. Faltón en algunos momentos ("Ya verán como hasta ustedes me van a entender porque yo me explico muy bien", le ha espetado a la bancada del PSOE) Eso sí, el discurso el líder del PP no habrá atraído a ningún nuevo votante joven, pues más allá del "bluf" con el que ha tildado a Sánchez, el parlamento estaba lleno de referencias de la historia medieval de España. Se ha visto sobrepasado por los constantes golpes de Iglesias y Rivera. A este último, con quien sueña que se avenga a un acuerdo, le ha intentado responder, pero le ha faltado 'punch'.
PABLO IGLESIAS
Rebelde. La primera intervención del líder de Podemos en la tribuna del Congreso no ha defraudado. Incisivo y provocador, ha repetido en sede parlamentaria todo lo que se le ha escuchado decir en las calles y en los platós de televisión. Ha sacado los colores al PP con la corrupción y sus raíces ("Su partido lo fundaron siete ministros de la dictadura") y a Sánchez con las contradicciones de un partido que se dice socialdemócrata ("Deje de obedecer a los oligarcas")... y con los GAL. Munición efectiva para su parroquia y para ese votante fronterizo con el PSOE al que quizá en pocos meses tendrá que volver a cortejar.
ALBERT RIVERA
Templado. El otro debutante del día ha querido ser la antítesis de su precedesor en el uso de la palabra, Iglesias. Mirando de reojo al PP (y a sus votantes, claro), se ha presentado como adalid de un centroderecha moderado, regeneracionista y limpio de corrupción. Su pacto con el PSOE le ha obligado a obviar aquellos ataques a los socialistas que tanto resonaban en sus intervenciones en el Parlament y en la última campaña electoral. Así que no ha tenido más remedio que cebarse con Rajoy, quien ha terminado por abandonar el hemiciclo a medio discurso del líder de Ciudadanos.