El ex duque se esfuerza al máximo para exculpar a la infanta, Barberá y Camps

Que Urdangarín iba a tratar de exculpar a Torres era más que probable tras el pacto con su ex socio. Que iba a hacer lo mismo con su mujer era evidente. Pero nadie esperaba que el imputado se dejara la piel por desvincular a Rita Barberá y Francisco Camps de los negocios de Nóos.

Sobre la infanta dijo que fue idea suya que fuera socia de Aizoon para que «participase de alguna forma en mis proyectos», pero que «siendo socia (y no administradora) no podía tener ninguna implicación en el día a día» de la empresa usada para defraudar 337.143 euros. Del mismo modo, declaró que Cristina de Borbón no tenía «ninguna función» en el Instituto Nóos y que su presencia en su junta directiva era decorativa.

Casi con la misma pasión con la que defendió a su esposa, lo hizo con Barberá. El imputado negó incluso la versión que dio en 2013 durante la instrucción del caso, según la cual la ex alcaldesa había sido la persona que había dado «luz verde» a la celebración de los Valencia Summits. El ex duque dijo «desconocer» quién lo autorizó y si la ex alcadesa estaba al tanto. Urdangarín sostuvo que sólo se vio una vez con Barberá en febrero de 2004 y negó haberse reunido con ella y con Camps en Zarzuela.

El ex duque también contradijo su declaración sobre que fue Camps quien autorizó la adjudicación de la oficina de los fallidos Juegos Europeos, por las que Nóos se embolsó 300.000 euros.