El PSOE deja caer al líder del partido en Galicia

p. de las heras | madrid

Pedro Sánchez se resistía a dejarlo caer. En este año y medio de tribulaciones orgánicas, José Ramón Gómez Besteiro ha sido uno de sus más fieles apoyos internos y, por ese mismo motivo, el secretario general del PSOE prefirió ignorar las numerosas imputaciones que pesaban en su contra desde el verano de 2015 y respaldar su continuidad. Pero, en Ferraz, la dimisión del líder de los socialistas gallegos fue recibida ayer con alivio. El amigo leal se había convertido en un problema serio hacia dentro y hacia fuera.

Besteiro ya renunció el pasado sábado a intentar ser el candidato de su partido a la Xunta, después de que la juez Pilar de Lara -que le mantenía como investigado por la concesión de una licencia urbanística en su etapa de concejal de Lugo- le atribuyera seis nuevos delitos de cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las administraciones públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos en un programa de visitas a la provincia mientas fue presidente de la Diputación lucense.

El dirigente gallego, ahora militante de base, pretendía mantenerse, sin embargo, al frente del PSdeG y Sánchez le dio en un primer momento su apoyo expreso en un reciente viaje a Galicia. La preocupación, en cambio, era notable en el entorno del secretario general. «Su continuidad nos hace mucho daño en el discurso contra la corrupción -admitían fuentes de la dirección- e incluso de cara a un proceso de primarias o al congreso del PSOE en mayo deja a Pedro muy expuesto».

No era una inquietud vaga. Aunque Ciudadanos, socio de investidura del PSOE, se dio por satisfecho con el paso atrás parcial de Besteiro, el PP no ha desperdiciado ninguna ocasión de utilizar su situación procesal para desdeñar las críticas de los socialistas a los casos que le salpican en Valencia o en Madrid. Y, de puertas adentro, Susana Díaz, la principal rival de Sánchez en la pugna soterrada por el poder del partido, aprovechó la circunstancia para sacar pecho por el cese, hace unos meses, de José Antonio Griñán y Manuel Chaves como senador y diputado y para recalcar que en su federación sí «se asumen responsabilidades más allá de código ético», que fija la obligación de dimitir en la apertura del juicio oral.

Esta presión doblegó finalmente la voluntad de Sánchez, primero, y después la del propio Besteiro, elegido en unas primarias pioneras en 2012, con un apoyo del 95%. Aunque el gallego afirmó que su marcha responde a una reflexión «libre personal y responsable» y subrayó que nadie le ha exigido de manera explícita que se retire, también admitió que se había topado con «múltiples valoraciones» frente su intención de seguir liderando la formación. «Ahora -dijo durante una rueda de prensa de despedida- seguiré con mi defensa, convencido de mi inocencia».

De momento, el PSdeG estará en manos de una gestora presidida por la que hasta ahora era su secretaria de Organización, Pilar Cancela, mujer de confianza de Besteiro y profundamente ‘sanchista’.