Ciudadanos eleva las exigencias para la inclusión de Podemos

p. de las heras | madrid

Se reunirán el jueves a las cuatro y media de la tarde, pero no parece fácil que Ciudadanos y Podemos sean capaces de entenderse; al contrario. El mismo día en el que, por fin, se puso fecha al encuentro a tres con el que el PSOE pretende amarrar la investidura de Pedro Sánchez, la formación de Albert Rivera enseñó los dientes y elevó el listón de sus exigencias frente a Pablo Iglesias. «¿Quieren apoyar el acuerdo en el que se sustentará un Gobierno del PSOE y Ciudadanos? Si la respuesta es ‘sí’, bien. Y si a alguien le parece que no es admisible -argumentó con firmeza su portavoz, Juan Carlos Girauta-, pues que no lo admita, no pasa nada».

En su partido admiten que al dirigente le sobró contundencia y, de hecho, fuentes oficiales matizaron después que «ni se ha hablado ni negociado ni es un objetivo político de Ciudadanos» tener ministerios. Pero lo cierto es que la formación de centro llevaba tiempo sopesando aparcar su compromiso de no formar parte de un Ejecutivo que no presida y Girauta lo justificó así: «Un Gobierno monocolor del PSOE sería demasiado débil para tirar adelante».

El partido de Rivera sabe que su electorado tendría serias dificultades para comprender la mínima connivencia con Podemos. Y, ahora, cuando todas las encuestas indican que se ha valorado bien su esfuerzo pactista, busca la manera de salir airoso del escenario surgido tras el cambio de postura de la fuerza de izquierdas, que hasta hace unas semanas se mostraba reticente a cualquier negociación que los incluyera.

La noticia de que el Gobierno de Hugo Chávez pagó siete millones de euros a CEPS, la fundación a la que perteneció casi toda la cúpula de Podemos, para propiciar «cambios políticos aún más afines al gobierno bolivariano» en España, no ayuda precisamente a construir argumentos favorables al acuerdo. Y Girauta hizo hincapié en este asunto. A pesar de que Iñigo Errejón afirmó que su formación no se ha financiado nunca con dinero extranjero y retó a quien sostenga lo contrario a llevarlo a los tribunales, el portavoz de Ciudadanos calificó el asunto de «grave» y advirtió de que sólo retirará su condena si Podemos dice que los documentos publicados por el diario ABC son falsos.

Con todo, no está dicha la última palabra. Ciudadanos podría haber optado por hacer de esta cuestión razón para no sentarse a hablar con Pablo Iglesias esta semana y, sin embargo, insiste en hacerlo, aunque sea para exigirle (en este punto no hay debate interno), que diga ‘sí’, sin ningún pero, al acuerdo de legislatura suscrito con el PSOE.

Por otro lado, los socialistas mantienen un optimismo a prueba de bomba, sustentado, según dan a entender, en sus conversaciones privadas con unos y otros. El líder del equipo negociador, Antonio Hernando, admitió que el acuerdo que pretenden labrar es «más que complicado» pero insistió en que no se levantará de la mesa hasta conseguirlo. «Pretendemos hacer camino al andar, encontrarnos en ese camino e incluso -remachó grandilocuente- terminar haciendo historia».

En Podemos, el tono no puede ser más conciliador. Su portavoz, Errejón, reiteró una vez más que lo que buscan es un Gobierno «a la valenciana», es decir, presidido por el PSOE, pero compartido con su partido y apoyado desde fuera por otras formaciones. «Ciudadanos tiene otra hoja de ruta y no hay problema -dijo-, podemos discutir; lo contrario parecería la posición de alguien que no quiere que se llegue a un acuerdo».

La misma actitud mostró respecto a la celebración de un referéndum sobre la independencia. «Creemos que la mejor propuesta para que Cataluña encuentre su encaje es que lo pueda decidir votanto, pero eso no significa que exijamos a los demás que asuman esa posición antes de sentarse», dijo.

En el PSOE aseguran que existe buena «disposición», pero no se llaman a engaños. «Las bases de Podemos estaban ya mentalizadas para un acuerdo con nosotros, pero meter a Ciudadanos en la misma ecuación les va a resultar difícil», dicen fuentes del partido con la vista puesta en la eventual consulta interna comprometida por Iglesias.