El Congreso aprueba denunciar al Gobierno ante el Constitucional
a. torices | madrid
El choque de trenes entre el Legislativo y el Ejecutivo que comenzó a gestarse hace un mes cuando Mariano Rajoy y sus ministros comunicaron al Congreso que se negaban a someterse a su control por estar en funciones, se convirtió ayer en una realidad. En un conflicto institucional sin precedentes en la democracia, el pleno del Congreso acordó ayer demandar al Gobierno ante el Tribunal Constitucional por considerar que con la negativa a dar cuentas de su gestión ante la Cámara que representa la soberanía nacional viola las competencias que la ley y la Carta Magna atribuyen al Parlamento, así como la división de poderes.
La resolución, que contó con el apoyo de todos los grupos salvo el PP, 218 votos a 113, da de todos modos un últimátum y una salida al Gobierno. Si en el plazo máximo de un mes no rectifica y acepta someterse al control parlamentario, el Congreso presentará un «conflicto de atribuciones» ante el Constitucional para que declare la ilegalidad que comete el Ejecutivo y obligue a sus miembros a someterse a la fiscalización de los diputados.
Para el futuro
Los demandantes, que representan a diez partidos que suman los dos tercios del Congreso, saben que si el actual Ejecutivo en funciones se enroca en su postura logrará eludir el control de las Cortes, pero han decidido, pese a todo, llegar hasta el final para que cuando falle el Constitucional, en meses o años, impida que otro Gabinete pueda repetir lo que califican de «rebeldía». La razón es que el conflicto no llegará al tribunal antes del 6 mayo, para cuando ya habrá un nuevo Gobierno con plenos poderes o, en su defecto, las Cortes estarán disueltas para la repetición de las elecciones.
No obstante, PSOE, Podemos, Ciudadanos, Esquerra, Convergència, PNV y el Grupo Mixto no agotarán con el recurso el pulso al Gobierno. La semana próxima convocarán para el 20 de abril un pleno de control en el que otros tantos diputados dirigirán 26 preguntas a Rajoy y sus ministros para que las respondan o no o, incluso, si deciden plantar a sus señorías.