El Parlamento catalán se reafirma en dejar España
El independentismo confirma la declaración independentista del 9-N anulada por el TC.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante una votación en el pleno. ANDREU DALMAU
cristian reino | barcelona
Junts pel Sí y la CUP reafirmaron ayer que continúan adelante y de manera irreversible hacia la independencia. Los dos partidos secesionistas, que en las elecciones del 27-S obtuvieron la mayoría absoluta de escaños, pero no de votos, aprobaron en solitario una moción impulsada por los anticapitalistas, que en esencia ratifica la «firme» voluntad de seguir transitando hacia la ruptura con España.
Una nueva declaración de intenciones de la Cámara catalana, que en este caso tiene un componente añadido de desafío al Estado ya que trata de mantener la vigencia de la declaración independentista aprobada por la Cámara catalana el 9 de noviembre y que fue anulada por el Constitucional. Eso sí, después de tres semanas de negociaciones entre las dos fuerzas secesionistas y tras filigranas incomprensibles en la Mesa del Parlamento, el documento final no es tan radical como hubiera querido la CUP, que pedía a los Mossos que desobedecieran las órdenes de la Audiencia Nacional.
El texto aprobado con los votos de Junts pel Sí y la CUP, 71, y que recibió 52 en contra del resto del arco parlamentario, reitera los «objetivos contenidos de la declaración del 9-N». Insta además al Gobierno catalán a que elabore y presente en un máximo de sesenta días el plan de ejecución de todas las medidas tendentes al «cumplimiento de los anexos de la declaración del 9-N», a pesar de que está anulada por el Constitucional. Asimismo, los independentistas expresaron su «máximo apoyo a todos los ayuntamientos investigados por haber mostrado su respaldo» a la mencionada resolución del 9-N.
La moción resume de manera fidedigna cómo transcurre el proceso soberanista: la CUP tiene prisa por que se visualice la desconexión y Junts pel Sí hace encaje de bolillos para seguir más o menos su ritmo, sin querer colisionar de frente aún con la legalidad española. En cualquier caso, está por ver si, aprobando esta moción, el independentismo ha desobedecido ya la suspensión de la declaración secesionista del 9-N decretada por el Tribunal Constitucional.
Junts pel Sí señaló que la moción es un ejemplo más de que el proceso está ya en la «dinámica de los hechos y no de las declaraciones», como lo es también que las tres leyes de la desconexión hayan superado sus primeros trámites parlamentarios. «No hemos venido a gesticular, vamos de cara» hacia la independencia, dijo la CUP.
Desde la oposición calificaron la resolución de meros «juegos florales», según Catalunya Sí que es Pot, alianza de la que forma parte Podemos; o que «sirve menos que un billete del monopoly», según el PP. Ciudadanos advirtió de que la CUP ha tomado el mando del proceso, aprobando una moción que es un «atentado» a la democracia y al estado de derecho. El PSC, por su parte, acusó al independentismo de situar al Parlamento «fuera de la legalidad». Sociedad Civil Catalana calificó la resolución de «golpe de Estado».