Diario de León

Iglesias justifica su ‘no’ a Sánchez y Rivera: «Han querido domesticarnos»

Iglesias, durante su participación en el acto de ayer. ALBERTO ESTEVEZ

Iglesias, durante su participación en el acto de ayer. ALBERTO ESTEVEZ

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Pablo Iglesias eligió el mejor sitio para iniciar la campaña del ‘no’ en el referéndum con el que pretende reforzar su liderazgo y en el que, solo formalmente, preguntará a las bases si quieren apoyar lo que él denomina «un Gobierno de Rivera presidido por Sánchez». El secretario general de Podemos fue recibido en el Casino l’Aliança del Poblenou al grito de «que no queremos pacto, que no». Si en algún lugar hay rechazo a Ciudadanos es en Cataluña. Lo sabe bien el líder del PSC, Miquel Iceta, que el 27 de febrero fue incapaz de lograr que más de un 31% de sus militantes validaran el acuerdo de legislatura sellado por el PSOE y la formación centrista. Y lo sabe Iglesias.

El líder podemista y su nuevo secretario de Organización, Pablo Echenique, tenían previsto desde hacía ya semanas reunirse con los círculos catalanes —le seguirán otros territorios— para intentar cerrar la crisis interna que ha sacudido al partido en el último mes y que, en esa comunidad autónoma, tiene capítulo propio, tras la dimisión de Gemma Ubasart y la intención de Ada Colau, con cuya plataforma se presentó a las generales, de crear su propia fuerza política. El baño de masas, pues, supuso un alivio. «No sabéis cómo necesitaba esto», dijo agradecido a los militantes que acudieron a la cita. Hasta ahora, las encuestas indicaban que los electores no habían entendido bien la posición de Podemos. Los socialistas estaban, de hecho, convencidos de que las actuaciones de Iglesias —la escena con el rey; el empeño en hablar del reparto de ministerios antes que de propuestas; el discurso de la «cal viva» en la sesión de investidura…— habrían espantado a los cerca de dos millones de votantes que les apoyaron a ellos en anteriores comicios y que se pasaron al nuevo partido el 20 de diciembre. Por eso, se empeñan ahora en repetir que el último acercamiento podemista, la aceptación de la reunión a tres con Ciudadanos, fue sólo una «artimaña» El secretario general de Podemos replicó a la acusación. «Nosotros no nos vamos a vender», argumentó. Así justificó su negativa a la propuesta que manejaba el PSOE y su insistencia en un Gobierno proporcional de todas las fuerzas de izquierda, aún a sabiendas de los socialistas no podrían aceptar porque requeriría hacer descansar la gobernabilidad en los independentistas. «Durante estos días han querido domesticarnos, normalizarnos. Creían que nos iban a convertir en una fuerza política que contara con el beneplácito de las oligarquías que han prohibido que Podemos esté en el Gobierno de España. Hemos demostrado que podemos ceder y ser generosos, pero no hacemos política para que todo siga igual. No estamos aquí para elegir entre Guatemala y Guatepeor, sino para cambiar la vida de la gente».

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