El PSOE descarta llegar a un acuerdo con PP o Podemos

R. Gorriarán | Madrid

El PSOE cerró la puerta a un pacto con el PP o con Podemos con dos frases lapidarias. «Señor Rajoy, ahórrese su ofrecimiento. No gracias», y «Pablo Iglesias no es de fiar». Los socialistas entierran así las dos únicas posibilidades que hay para acordar un gobierno antes del 2 de mayo, pero al mismo tiempo dicen confiar en que no haya que convocar elecciones el 26 de junio. Lo que no dicen es cómo.

Las dos únicas alternativas para evitar la cita con las urnas el 26 de mayo pasan por sendos pactos en los que participen los socialistas. No hay otra tras la ruptura del acuerdo a tres entre PSOE, Podemos y Ciudadanos. Pero el partido que lidera Pedro Sánchez rechaza el pacto con el PP por incompatibilidad manifiesta y porque así lo decidió el comité federal del partido. También descarta el entendimiento con Podemos ante el comportamiento de este partido a lo largo de todas las negociaciones abiertas el 3 de febrero y que tuvieron su colofón el pasado viernes con la ruptura unilateral por parte de Pablo Iglesias de las conversaciones.

Sánchez solo está dispuesto a hablar con Mariano Rajoy de pactos de estado, como el de la reforma constitucional, pero de ninguna manera sobre un acuerdo para gobernar. El PP había retomado en los últimos días la oferta que ya lanzó en febrero, ofrecer al líder socialista ser vicepresidente, pero los socialistas recomendaron al presidente en funciones que se la ahorre. «Ni Sánchez ni el PSOE van a estar en un gobierno de Rajoy ni del PP. No vamos a traicionar nuestros principios», advirtió el jefe del equipo negociador y portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando.

La esperada llamada

En la calle Ferraz no se espera, pese a los reiterados anuncios de la Moncloa, una llamada de Rajoy a Sánchez, pero si la hace será atendida aunque no para hablar de un acuerdo de gobierno. El comité federal del PSOE del pasado 28 de diciembre acordó poner una línea roja al pacto con los populares con Rajoy a la cabeza o sin él, y esta posición no ha cambiado por más que haya algunas voces en el partido, sobre todo de la vieja guardia, que aboguen por ese acuerdo. En este punto, Sánchez tiene detrás a todo el partido. Su más ferviente crítica, Susana Díaz, insistió en su tesis de que «no se puede gobernar con quien tanto daño ha hecho a los españoles en estos cuatro años».

Acorazado por su partido en ese flanco, Sánchez también ha cerrado con llave el cajón del acuerdo con Podemos. «El tiempo de las ofertas se ha acabado» porque el líder de ese partido es una persona de la que uno no se puede fiar porque antepone «sus intereses personales» a los generales, resumió el portavoz el PSOE. El planteamiento del secretario general de Podemos de formar un gobierno con el apoyo activo o pasivo de los independentistas catalanes, la exclusión de Ciudadanos y el apoyo a un referéndum de autodeterminación en Cataluña imposibilitan el acercamiento, aducen los socialistas.

Hernando reclamó además que nadie entienda la respuesta de su partido a las 20 propuestas de Podemos como una contraoferta, y si se redactó una contestación fue «por respeto» a los votantes de ese partido. Los socialistas vieron espacio para la negociación en el 70% de los 20 puntos programáticos de Podemos, solo dejaron fuera de los posibles «puntos de intersección» los apartados del derecho a decidir y el del gobierno de coalición. Pero los de Iglesias desdeñaron la respuesta y la tacharon de «paripé». Una «vergüenza», acotó el portavoz socialista. Sánchez también cuenta en este caso con el respaldo sin fisuras del PSOE.