El PP suspende al alcalde de Granada, acusado de anomalías urbanísticas

nuria vega | madrid

Diez minutos antes de comparecer ante los medios, el alcalde de Granada recibía, según fuentes populares, la llamada de la dirección nacional del PP. La cúpula acababa de decidir suspenderlo de militancia de manera cautelar tanto a él como a su concejal de Urbanismo, Isabel Nieto, tras haber sido detenidos y puestos en libertad con cargos por supuestas irregularidades urbanísticas en el consistorio. Al otro lado del teléfono, desde Madrid, el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, comunicaba la resolución a José Torres Hurtado. Poco después, ya en rueda de prensa, el regidor mostraba, sin embargo, su desconocimiento sobre este extremo y en su entorno insistían en que la noticia les había llegado «por sorpresa» en plena intervención ante las cámaras.

«Hablaré con ellos», replicó el alcalde al ser preguntado por el movimiento de la dirección. Un mensaje de texto enviado a la prensa acababa de alertar desde la calle Génova que el PP abriría expediente a ambos cargos del partido. El Comité de Derechos y Garantías no esperó a reunirse para ratificar la decisión. Desde la cúpula se esforzaron esta vez por mostrar una imagen de diligencia ante las sospechas vertidas sobre Torres Hurtado, pese a que a primera hora todo parecía ser, a su juicio, una cuestión administrativa. Los arrestos, sin embargo, cambiaron el relato de la cúpula.

En el listado de delitos que investiga el juzgado figuran los de asociación ilícita, cohecho, fraude, estafa, prevaricación común, prevaricación urbanística, tráfico de influencias, malversación, falsedad, administración desleal y contra la ordenación del territorio. En definitiva, las informaciones sobre una presunta trama corrupta llevaron al PP a actuar. Tanto Martínez Maíllo como el líder de los populares andaluces, Juanma Moreno, se pusieron en contacto a lo largo de la jornada con el regidor, pero, si hubo presión, no pareció surtir efecto y a última hora de la tarde Torres Hurtado se negaba a dimitir y defendía en público su derecho a seguir «trabajando por Granada».

Aquí se trabaja con absoluta honradez -garantizó también en nombre de la responsable de Urbanismo-; (.) no ha habido corrupción ni antes ni después». «¿Por qué se nos acusa de ese montón de cosas? Ni idea», acabó resumiendo tras el registro de su vivienda y del Ayuntamiento. No es la primera vez que se investiga al consistorio. El alcalde calcula que las autoridades judiciales les han requerido hasta en «27 o 28» ocasiones sin llegar a nada e incide en que no hay motivo que justifique la «parafernalia» y el «espectáculo mediático» que se montó en el capital granadina. Es más, se siente víctima de una «trama política».

Pero sus explicaciones no resultaron suficientes en sus filas y la resistencia a retirarse no sentó bien a los dirigentes del PP andaluz.

En los últimos comicios, la pérdida de votos le obligó a contar con el apoyo de Ciudadanos para gobernar la ciudad. Pero su nombre ha quedado en entredicho para la formación de Albert Rivera. El líder del partido en Andalucía, Juan Marín, anunció que los suyos plantearán al resto de partidos una moción de censura para buscar un alcalde «digno», que podría seguir siendo del PP. «Si consideran que una moción de censura es beneficiosa para la ciudad, es su responsabilidad», replicó Torres Hurtado, partidario de no actuar «en caliente».