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Nueve sociedades de Mario Conde acumularon 69 millones en activos

El ex banquero podría verse obligado a pagar al fisco hasta 18 millones entre deudas vivas, cuotas defraudadas desde 2013 y multas.

El yerno de Mario Conde, Fernando Guasch, a la salida ayer de la Audiencia Nacional. DIEGO LÓPEZ

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León

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j. a. bravo | madrid

La situación económica de Mario Conde y su entorno más cercano resulta, cuanto menos, paradójica. Dentro del entramado societario tejido por el ex banquero, nueve de sus sociedades en España llegaron a acumular activos por valor de 68,7 millones de euros, según sus cuentas oficiales de 2014, último ejercicio del que existe información comparable de todas ellas.

Aparte de eso, se desconoce el dinero que aún permanecería sin repatriar en las sociedades ‘offshore’ -radicadas en territorios de muy baja o casi nula tributación- que el financiero metido luego a empresario y político mantendría vivas en el exterior. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha localizado en la llamada operación Fénix siete desde las que se transfirieron fondos a España, pero los investigadores sospechan que podría tener perfectamente media docena más.

Esos vínculos son los que indagarán las próximas semanas los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) encargados del caso, que enviarán luego sus primeras conclusiones a la Fiscalía Anticorrupción. Con ellas en la mano es probable que el instructor curse diversas comisiones rogatorias de auxilio judicial a más de una docena de países.

El magistrado cita nueve territorios en el auto de ingreso en prisión de Conde -Suiza, Reino Unido, Países Bajos, Luxemburgo, Francia, Emiratos Árabes, Italia, Curaçao e Islas Vírgenes-, que son desde los que habría repatriado de forma progresiva y ascendente hasta 13 millones entre 1999 y 2014. Ese dinero fue a parar a empresas controladas por el ex banquero, familiares directos o personas de su máxima confianza -su abogado y asesor fiscal, su chófer, el guardés de su finca e incluso un profesor de esquí que sirvió, como otros, de aparente testaferro-, ya fuera con transferencias directas, ampliaciones de capital o créditos entrecruzados simulados.

Los investigadores saben ya donde acabaron buena parte de esos fondos aparentemente blanqueados, puesto que Hacienda no tenía constancia de su existencia en el exterior. Básicamente permitieron a la familia Conde mantener un elevado nivel de vida pese a que sus ingresos formales de origen nacional parecían ser bastante reducidos.

Sólo dos empresas, Hogar y Cosmética -controlada por Barnacla, epicentro de su red societaria española- y Demerquisa, daban apariencia de negocio real; pero entre ambas sumaron 911.474 euros en pérdidas en 2014. También los Carrizos de Castilblanco ha realizado ventas de aceite, pero su importe no resulta abultado. A eso hay que sumar los ingresos devengados para Conde por sus derechos -literarios de un libro y televisivos de una serie-, junto a sus colaboraciones con la cadena Interconomía; pero entre todos ‘sólo’ suman 863.000 euros.

Por eso los investigadores se preguntan cómo alguien que se declaró insolvente para pagar menos de la mitad de la responsabilidad civil solidaria fijada por los tribunales en el caso Banesto -26 millones, de los que apenas se han abonado 12 incluida la aportación del que fuera vicepresidente del banco, Arturo Romaní- ha podido tener, al menos, 68,7 millones en activos en España a nombre de sociedades controladas por él o su entorno más cercano.

Mario Conde es la segunda persona física que más dinero debía al fisco a 31 de julio de 2015 (últimos datos publicados), con 9,9 millones. Si a eso le sumamos los ingresos ahora descubiertos desde el extranjero -también incumplió la obligación de declarar bienes expatriados y será sancionado por ello con un recargo del 150%-, podría haber defraudado 1,25 millones sólo entre 2013 y 2014, a lo que habría que sumar las multas correspondientes. En el peor de los casos, podría verse obligado a pagar al fisco otros 8,5 millones.

Medidas cautelares

Un día después de que su suegro, Mario Conde, ingresara en prisión y su esposa, Alejandra, quedara en reclusión domiciliaria -eludió la cárcel por «la situación familiar de un hijo»-, Fernando Guasch tuvo que comparecer ayer ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. Allí, el yerno se acogió a su derecho como investigado para no declarar y quedó en libertad con medidas cautelares.