Pedro Sánchez anticipa ya otro ‘no’ al PP después del 26 de junio

No tiene intención de variar nada. Pedro Sánchez fue tajante: se presentará a las elecciones del 26 de junio, tras convocar unas primarias en las que no se espera rival, con el mismo programa y las mismas las listas con las que concurrió a las generales del 20 de diciembre. Ningún resultado le hará tampoco variar su política de alianzas. «Ni con independentistas —advirtió poco después de su última entrevista con el rey— ni con el PP».

Los socialistas no son especialmente optimistas. Saben, por lo que indican las encuestas, que en el mejor de los casos volverán a rondar, dentro de dos meses, los 90 escaños que en esta legislatura han hecho tremendamente compleja la búsqueda de un acuerdo de Gobierno. Sin embargo, confían en que Pablo Iglesias acuse el desgaste de las tensiones orgánicas y de su mayor exposición pública. Y, aunque admiten su temor por el impacto que pueda tener una alianza electoral entre Podemos e Izquierda Unida, aseguran que «el riesgo de un ‘sorpasso’ está ya conjurado».

La baza que, a juicio de la dirección del partido, mejor puede jugar ahora Sánchez es, pues, la de su predictibilidad. En Ferraz admiten que uno de los principales problemas de su candidatura en los pasados comicios fue que los electores consideraban al líder socialista poco creíble, pero argumentan que su comportamiento durante estos cuatro meses puede dar la vuelta a la tortilla y pretenden explotarlo. «Dije el 21 de diciembre que no sería presidente del Gobierno a cualquier precio; soy un hombre de palabra y hago lo que digo», presumió así el secretario general de los socialitas a última hora de la tarde, cuando ya se había esfumado toda posibilidad de un pacto de legislatura ‘in extremis’. En realidad, fueron sus críticos, los que pretendían forzarle a convocar de inmediato el 39 congreso del PSOE, quienes, en el comité federal de final de año, fijaron las líneas rojas de cualquier alianza postelectoral, pero él cumplió. El argumento de que en ningún caso apoyará a los populares, unido al de que ha sido Podemos quien ha hecho imposible un Ejecutivo alternativo al de Mariano Rajoy, pretende servir a los socialistas para apelar al voto de «todos los que crean que ha llegado la hora del cambio».