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EL CAMINO HACIA LAS NUEVAS ELECCIONES

Patxi López espera que se haya «aprendido» y se forme Gobierno

El presidente del Congreso, tras ver a Felipe VI, aboga por reformar la Constitución.

El rey y el presidente del Congreso firmaron ayer el decreto de disolución de las Cortes. EFE

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León

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p. de las heras | madrid

El presidente del Congreso, Patxi López, asumió ayer el fracaso político que supone la convocatoria de unas nuevas elecciones y, tras refrendar en el palacio de la Zarzuela el real decreto de disolución de las Cortes, por vez primera firmado por el rey, pidió que la historia no se vuelva a repetir. «No hemos sabido cumplir el mandato de los ciudadanos -reconoció-; pero espero que estos cuatro meses hayan servido al menos para aprender la lección y que el siguiente Congreso llegue a un acuerdo suficiente lo antes posible» para que haya Gobierno.

López, durante una comparecencia en la Cámara baja, hizo todo un alegato genérico a favor del pacto. «No es traición ni renuncia a las posiciones propias sino reconocimiento del otro como igualmente legitimado para mantener posiciones discrepantes. Es asumir la convivencia como un equilibrio en permanente cambio, cruzado de acuerdos y discrepancias, encauzando la mayoría social de forma institucional».

Si esa actitud se hubiera asumido por parte de todos, probablemente, ahora habría un nuevo Ejecutivo. La tercera autoridad del Estado defendió, en todo caso, que este tiempo también ha servido para demostrar la fortaleza de las instituciones democráticas. Eso sí, añadió -y es sintomático que lo hiciese después de encontrarse con el monarca- que con la experiencia inédita de un Parlamento fragmentado, sin mayorías claras, se ha puesto de relieve que el artículo 99 de la Constitución «puede mejorarse».

López, en concreto, se refirió a la cuestión más peliaguda para don Felipe en estos últimos meses; la que, por cierto, le granjeó resquemores en el PP. La Carta Magna no fija un plazo para que el monarca proponga al Congreso un candidato a la Presidencia del Gobierno, pero establece que sólo una vez se haya sometido a votación una candidatura pueden empezar a correr los dos meses en los que los partidos pueden intentar formar Gobierno antes de que se proceda a la convocatoria de nuevos comicios.

El pasado 22 de enero, tras su primera ronda de contactos con los representantes políticos, el rey se encontró con algo que no había sucedido nunca en democracia y es que no tenía candidato. Mariano Rajoy, el más votado, le dijo que no quería ir al Parlamento para recibir un rapapolvo y, según el propio comunicado de Zarzuela, «declinó» el ofrecimiento.

En la siguiente audiencia, en febrero, Felipe VI optó por proponer a Pedro Sánchez a pesar de que él tampoco podía garantizar una mayoría suficiente. Y de hecho, nunca la logró.

Los populares se molestaron. Fuentes del Gobierno aseguraron esos días que ya estaban buscando soluciones legales que permitieran disolver las Cortes sin necesidad de que hubiera una votación de investidura fallida, pero lo cierto es que la Constitución es clara al respecto. El jefe del Estado hizo lo único que estaba en su mano para impedir que España estuviera meses y meses en un limbo institucional, pero fue una decisión difícil que, de alguna manera, bordeaba el límite de la obligada neutralidad política.

Sea como fuere, no cabe pensar que la propuesta de Patxi López pueda servir la próxima legislatura porque ahora es imposible abordar esa reforma. Así que a todos, monarca y políticos, les tocará lidiar con lo que hay. Incluido, como reconoció el presidente del Congreso, el enfado de los ciudadanos.