Rajoy reclama a PSOE y C’s que esta vez le permitan gobernar
Trece años después de su llegada a la presidencia del PP, los populares han terminado por asumir que Mariano Rajoy es dueño de su destino al frente de la formación, pero su futuro en La Moncloa está irremediablemente, y a tenor de las encuestas, en manos de Ciudadanos y el PSOE. El presidente señala a ambos partidos como responsables de haber frustrado sus expectativas y haber impedido la constitución de un Ejecutivo encabezado por él mismo tras el 20-D. Y a esas dos mismas fuerzas apela ahora para solicitar que, esta vez sí, le dejen gobernar.
Por escrito, a través de un vídeo y a viva voz, el líder de los populares se empleó ayer a fondo para confesar sus dos deseos para estas elecciones. Obtener la victoria en las urnas y que socialistas y liberales se comprometan a respetar el Gobierno de la lista más votada. «Una norma básica en democracia es hacer caso a la gente, que es soberana y que con su voto decide quién gobierna», reivindicó en su primera visita electoral a Badajoz en esta segunda contienda.
La campaña del PP contra los «vetos» arrancó ayer, en realidad, a las 8.30 de la mañana con un intencionado y enigmático mensaje en los perfiles de Twitter de Rajoy y los dirigentes nacionales del partido. «Después de estos meses, así es como veo yo la situación política», rezaba la publicación acompañada de una línea roja sobre un fondo blanco. Tres cuartos de hora después, se resolvía el misterio con un vídeo en el que los populares reclaman a los demás partidos que retiren sus condicionantes para impedir la repetición del bloqueo institucional. «Una línea roja -se escucha en la cinta- es un muro que lo detiene todo, y este país necesita seguir avanzando».
Son dos los «muros» que teme el presidente del PP. El primero, que los socialistas reediten su rechazo a dialogar con los populares. En este punto, la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, se aferra al compromiso de Pedro Sánchez sobre no permitir unas terceras elecciones y confía en que eso signifique un cambio de rumbo. El segundo miedo de la formación, el más relevante, gira en torno a Ciudadanos. Los populares saben que este partido no ve en Rajoy al líder apropiado para la nueva etapa política y confían en que un resultado electoral mejorado frene la aspiración de Albert Rivera de pedir la cabeza del presidente.