«Quiero tocar otra vez pero Los Cardiacos no volverán»

—¿Por qué la canción a Chema Baños?

—Es el hijo de Rufino, que huyó por el frente Norte. Vivía en la Corredera y el 19 de julio de 1936 tuvo que salir por pies después del golpe de Franco. Luego salió desde Gijón en una barca y se comió todo lo que sabemos que pasaron los españoles en los campos de concentración en las playas, la resistencia y luego los campos nazis de Mauthausen y Gusen. Sobrevivió, pero no volvió a España. Traía a su hijo, Chema, hasta la frontera de Hendaya y él venía en tren. Venía a recuperar el barrio de su padre. Tenía obsesión por las puertas, igual que los sefarditas, era un aficionado a la música francesa y supuso una realimentación de los gustos y de recuperar un período que era ignoto en León, como lo que nos contaba de aquellos días en León (lo que llamaban el barrio del petardo). Tuvimos la mala suerte de perderlo en el 2010, cuando acababa de jubilarse. Yo tenía pendiente hacerle una canción y ha salido seis años después porque los obituarios llevan su tiempo. Ha sido muy significativo para mucha gente de León porque era aficionado a la fotografía y tiene retratos de tres décadas continuados. Es como una historia de vida.

—Un sueño pendiente

—Terminar las 10 canciones de este trabajo que estoy haciendo y luego tocar. Cuando tengamos ocho publicadas haré alguna actuación. Quiero tocar otra vez. Esperar que todo vaya bien con el hijo y terminar con la ruina de la hipoteca.

—¿Volverán Los Cardiacos?

—No, no es posible. Desde que faltó Macario dije que nunca se podría hacer. No saldría bien. Ahí están los discos.

—¿Qué le pondría a León?

—Hace falta una actitud psicológica nueva porque si no no salimos nunca de ésto. Un ejemplo es la agricultura ecológica. En el tema del Conservatorio se van a enroncar. Si a mí me dan cinco millones para la escuela digo que sí y pongo condiciones para ir al campo de más fútbol: más alumnos, aulas de ensayo, conciertos, estudio de grabación, cafetería... El concepto de lejos-cerca es relativo. Yo que viví siempre en El Crucero el río lo pasaba seis veces al día. Habríamos conseguido que brillara.

—Hizo un tema a la crisis, ¿Le dedicaría uno a Isabel Carrasco?

—No, se merece es una investigación periodística. Sorprende el triángulo femenino.

—Un libro que le marcara.

—Kavafis, cuando leía poemas. Y Walt Whitman.

—Un plato.

—Le hemos sacado partido al wok con verdura ecológica, tofu, salmón...

—Un viaje.

—El único que no me da miedo es ir a Marte... Y París, todas la copian.