De Alfonso: "Que tire la primera piedra quien esté libre de conspirar"
El director de la Oficina Antifrau comparece para dar explicaciones sobre las conversaciones grabadas mantenidas con Fernández Díaz
El director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, ha abroncado hoy a los diputados del Parlament por iniciar el procedimiento para destituirlo, ha denunciado una operación política para someterlo, por ser una figura "incomodísima", y para conseguir un organismo "dócil y acobardado".
En su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament, De Alfonso ha iniciado su intervención en un tono duro contra todos aquellos que han "lanzado injurias y calumnias" contra él por las conversaciones desveladas entre él y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por los que se les acusa de fabricar casos de corrupción para desprestigiar al independentismo.
De Alfonso, que ha rechazado dimitir, ha denunciado que esta comparecencia se parece a un "juicio sumarísimo" contra quien ha definido como un "incomodísimo director" de la Oficina Antifraude y ha lanzado sombras de sospecha contra varios de los partidos que ahora piden su destitución.
COMUNICADO PÚBLICO
De Alfonso ha emitido este mismo jueves un comunicado en el que ha reafirmado su compromiso a seguir trabajando "desde la imparcialidad e independencia" y ha subrayado que "nada de lo reproducido" ha favorecido o perjudicado a ningún partido político. En el texto, el magistrado no habla en ningún momento de dimitir de su cargo y defiende que sus encuentros con el ministro "siempre tienen un objetivo ligado con nuestro cometido, más allá del tono coloquial que se emplee en cada reunión".
"Por esta razón continuaré liderando el mandato que el Parlament de Catalunya le dio a la Oficina Antifrau para que luchase contra la corrupción, que tanto ha perjudicado al pueblo de Catalunya. Y me siento orgulloso de los más de 200.000.000 euros sobre los que hemos actuado y de los logros obtenidos hasta el momento", añade antes de concluir que tiene la obligación de ser "incómodo, incisivo e independiente" y que este caso en particular "es el mejor ejemplo de que es así".