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Sánchez cruza los dedos junto a su equipo en la sede del PSOE

El entorno del candidato resta importancia a los primeros sondeos, que hablan de 'sorpasso' de Podemos en escaños Los socialistas se juegan volver al Gobierno o acabar por vez primera en la tercera posición

Publicado por
JUAN RUIZ SIERRA
León

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Pedro Sánchez ha llegado este domingo poco antes de la ocho de la tarde a la sede del PSOE, en la madrileña calle de Ferraz, donde el candidato y su equipo cruzan los dedos debido a las incertidumbres que planean sobre estas elecciones generales. La reacción ante las primeras encuestas a pie de urna, que anticipan que Unidos Podemos quedará por delante en votos y escaños, es de cautela: los socialistas señalan que queda "mucha noche", no acaban de creerse esos resultados y recuerdan que en otras ocasiones este tipo de sondeos ha minusvalorado al PSOE.

El abanico de posibilidades para los socialistas es en estos comicios mayor que en ningún otro. El partido puede llegar a la Moncloa, con Sánchez como presidente del Gobierno, y también puede entrar en la dimensión desconocida, ocupando la tercera plaza en escaños por detrás del PP y de Unidos Podemos, sin tocar el poder ni ostentar el liderazgo de la oposición. Los socialistas empezaron la campaña descartando que hubiese 'sorpasso' en votos, y por supuesto no en escaños, del partido morado, pero han acabado reconociendo en privado que lo más probable es que acaben por detrás de Pablo Iglesias en número de papeletas. Ahora mismo darían por bueno ser segundos en diputados.

TOMAR LA INICIATIVA

Si finalmente lo son, y la suma con Unidos Podemos se acerca a los170 escaños (suficientes para no necesitar el apoyo de ERC y CDC), Sánchez intentará garantizarse su investidura desde el primer momento, sin esperar a que Mariano Rajoy, como aspirante previsiblemente más votado, dé el paso o vuelva a rechazar elencargo del Rey, como hizo a principios de año.

Y si el 'sorpasso' en escaños se consuma, el PSOE entrará en una fase sin precedentes, que irá mucho más allá de la batalla por el liderazgo. Sánchez siempre insiste en que solo lleva dos años al frente del partido y está "al principio" de su "mandato", pero un mal resultado podría acabar con su trayectoria como secretario general. La desconfianza entre el candidato y los principales barones no ha disminuido, pese a las exhibiciones públicas de unidad en esta campaña, y muchos de ellos continúan viendo a Susana Díaz, presidenta de Andalucía, como el relevo más seguro.