El fracaso electoral noquea a la dirección de Podemos
El partido reconoce que erró al confiar en las encuestas.
Ander Azpiroz | Madrid
El día después de un batacazo electoral del tamaño de la magnitud del sufrido por Unidos Podemos no es un momento fácil. No obstante, la coalición de izquierda no fue ayer siquiera capaz de dar con el motivo que les ha impedido superar a un PSOE al que ya daban por desahuciado. Los dirigentes de Podemos, con su secretario general al frente, estaban convencidos, incluso, en quedar cerca del PP. Ninguno de esos pronósticos se cumplió y por eso en la formación morada la dirección se encuentra en estado de shock.
Pablo Echenique echó ayer balones fuera como pudo y achacó el fracaso en las urnas a elementos externos. En una comparecencia en la que no acertó a dar ninguna explicación más o menos coherente sobre los resultados obtenidos, el secretario de Organización cargó contra el patinazo de las encuestas, contra la campaña del miedo de PP y Ciudadanos o contra la virulencia de los ataques desde las filas socialistas. Echenique no habló de culpas propias ni de asunción de responsabilidades.
Pablo Iglesias ya anunció la noche electoral que no piensa en tirar la toalla. Según dijo, se presentará a las elecciones generales tantas «veces como sean necesarias». «Cuando uno ejerce una responsabilidad política —zanjó— tiene que estar preparado para ejercerla en los momentos más dulces y menos dulces y aquí nosotros estamos para tirar del carro y seguir sacando adelante». El secretario general de Podemos rechaza la dimisión pese a que fue él quien impuso el veto a un Gobierno del PSOE y Ciudadanos para forzar unas nuevas elecciones o quien buscó la coalición con IU tras haberla desdeñado. La escasa popularidad del candidato es otro de los factores que se han puesto sobre la mesa para explicar el fracaso del domingo.