El PSOE trabaja en encontrar fórmulas para salir del ‘no’ a Rajoy

p. de las heras | madrid

Si Mariano Rajoy esperaba que los barones del PSOE con mayor responsabilidad institucional le allanaran hoy el camino a la investidura, se equivocó. Ni un solo barón defiende que en esta tesitura, después de dos semanas en las que el jefe del Ejecutivo en funciones apenas se ha movido para armar una mayoría mínimamente estable de Gobierno, haya que mirar hacia otro lado y optar por una abstención. Pedro Sánchez tiene pues un respaldo unánime para anunciar un sonoro ‘no’ a que el líder del PP siga en La Moncloa, en el comité federal de hoy. Pero sobre lo que hay profundas discrepancias es sobre cómo actuar después.

En el entorno más próximo al secretario general de los socialistas aseguran que él tiene las cosas claras, que sabe que le corresponde ir a la oposición y que, en ningún momento ha pasado por su cabeza la idea de someterse, después de Rajoy, a una sesión de investidura. Es lo que, desde hace días, repiten los dos pesos pesados de su ejecutiva, el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, y el del Senado, Óscar López.

Ambos insistieron ayer, en sendas entrevistas en la Ser y TVE, en que la única vía transitable para un Gobierno presidido por el PSOE sería un acuerdo transversal con Podemos y Ciudadanos y que tanto Pablo Iglesias como Albert Rivera la tapiaron ya con sus «vetos mutuos». La opción que plantea el líder de la formación morada, hacer depender el Ejecutivo de los secesionistas, no sería planteable. Sin embargo, son varios los dirigentes territoriales afines a Sánchez que defienden que no hay que cerrarse a intentarlo.

Independentistas

El debate lo abrió el miércoles la presidenta de Baleares, Francina Armengol, tras reunirse con el secretario general, y de inmediato se le unió, aun con la boca pequeña, el líder del PSC, Miquel Iceta. Ninguno de los dos tiene los recelos de otras federaciones a un entendimiento con fuerzas independentistas. Pero también la vasca Idoia Mendia dejó abierta la puerta el jueves a intentar formar gobierno y, lo que es más llamativo, Luis Tudanca, el secretario general de los socialistas de Castilla y León, tierra ‘jacobina’ donde las haya, se sumó ayer a la moción tras reunirse.

«No sé si la tramontana sopla también en Burgos, pero el PSOE tiene el derecho y el deber de intentarlo por el bien de todos los españoles», argumentó haciendo alusión a la «broma eólica» que el jueves lanzó el presidente de Aragón, Javier Lambán, contra Armengol. A su juicio, no hay otro camino porque apoyar, por activa o pasiva, al PP es tanto, dijo, como «pedir al PSOE que se suicide».

Los barones críticos discrepan. Sostienen que no hay el mínimo margen para gobernar y que lo que debe hacer ahora el partido es «reconstruirse» desde la oposición para volver a estar en condiciones de ser una verdadera alternativa de Gobierno. «El PSOE no nació con vocación de ser segundo -argumentó Lambán, también tras su encuentro con Sánchez-, no puede conformarse con no haber sido sobrepasado por una tercera fuerza política».

Mayoría de 170 diputados

La cuestión es cómo se sale del bloqueo que conducirá a unas terceras elecciones si los socialistas se quedan simplemente en el ‘no’. Y lo que reclaman a Rajoy tanto fuentes de la dirección como la mayoría de los presidentes autonómicos, opuestos a Sánchez, es que al menos les ponga difícil obstaculizar un Ejecutivo conservador. «Debería haber conformado en las primeras 48 horas una mayoría de 170 diputados (con Ciudadanos y Coalición Canaria) -adujo el extremeño Guillermo Fernández Vara- pero en lugar de eso ha estado de brazos cruzados; el PSOE irá a resolver los problemas cuando se sea activo y no diletante».

En una línea similar se pronunció el castellano-manchego, Emiliano García Page. «En la vida no se puede decir que nada es definitivo pero ahora mismo no veo elementos para votar otra cosa que ‘no’ a Rajoy», dijo. Quienes, en cambio, rehusaron hablar tras su encuentro con Sánchez en Ferraz -por donde han pasado todos los líderes territoriales esta semana- fueron Susana Díaz y Javier Fernández, los dos principales referentes de la oposición interna.