El desafío independentista pone a Convergéncia en la cuerda floja
Hasta el miércoles pasado, cuando los independentistas catalanes decidieron desafíar al Tribunal Constitucional con la aprobación del plan para la ruptura con España, Convergència no tenía dudas de que volvería a tener grupo en el Congreso. El PP, pero también el PSOE, le transmitieron que estarían dispuestos a usar un precedente de 1986 con el que podría sortear sus resultados del 26-J tanto en Tarragona como en Barcelona. Le dejarían sacar la media aritmética de las cuatro provincias catalanas. Ciudadanos y Podemos votarían ‘no’ en la Mesa, pero con los apoyos de PP y PSOE ganarían cinco a cuatro. El miércoles se aplazó la decisión hasta hoy, y le dio a Convergència un plazo para alegaciones, en las que incluyó el precedente de 1986. Sin embargo, el PSOE ya no garantiza su apoyo. Sus portavoces indicaron ayer que no decidirán si su voto es ‘sí’ o abstención hasta que oigan las recomendaciones de los servicios jurídicos. Si ponen alguna pega, no lo apoyarán. Los populares tampoco aseguran el sentido de su voto y mirarán a lo que hagan los socialistas.