PP y C’s firman un pacto y dejan el balón al PSOE para que sea efectivo
La presión recae en Sánchez a quien recuerdan que 100 de los puntos ya estaban en su acuerdo.
ramón gorriarán | madrid
PP y Ciudadanos firmaron ayer en el Congreso un trabajado pacto de investidura que será insuficiente para que Mariano Rajoy pueda gobernar, como él mismo reconoció. Para que el líder popular pueda renovar su mandato es necesario un cambio de actitud del PSOE para pasar del no a la abstención en la votación del próximo viernes, un giro que no entra en los planes de Pedro Sánchez. Rajoy, de todos modos, hará un intento a la desesperada este lunes y ha citado en la Cámara al líder socialista.
Los negociadores del PP y Ciudadanos pusieron el punto final a las 44 páginas del documento 150 Compromisos para mejorar España a eso de las dos y media de la madrugada. Antes, el sábado por la tarde, Rajoy y Rivera mantuvieron un discreto encuentro para sortear los últimos escollos que sus equipos negociadores fueron incapaces de acordar en siete días de conversaciones. Todo quedó listo para que ayer los portavoces parlamentarios de ambos partidos firmasen el acuerdo en el Congreso y comparecieran los dos líderes para congratularse del pacto.
Pero Rajoy no tuvo reparo en aguar el vino a las primeras de cambio, y tras mostrarse «muy satisfecho» soltó un «esto es insuficiente, se necesita algo más» para gobernar que devolvió a la realidad a muchos de los negociadores. PP y Ciudadanos, continuó, «hemos cumplido nuestro deber», ahora corresponde «a otros» hacer su parte, en obvia alusión al PSOE. Hasta que eso no suceda «no podemos hablar de que España recupera la normalidad».
El líder del PP admitió, pese al oscuro horizonte, que no todo ha sido en vano porque acudirá al debate de investidura que empieza este martes con 170 apoyos; los 137 del PP, 32 de Ciudadanos y el del diputado de Coalición Canaria, cuyo respaldo dio por hecho. «Las cosas —dijo— han cambiado» porque no es lo mismo ir a la investidura con 131 respaldos, como tuvo el líder del PSOE en marzo, que con 170, «a solo seis de la mayoría absoluta», resaltó. Una cifra relevante en términos políticos porque ha habido algún presidente que logró la investidura con menos apoyo, como Felipe González.
El líder del PP, a pesar de la rocosa negativa de Sánchez, ha citado hoy a las 13.00 horas al secretario general del PSOE en busca de un muy improbable cambio de opinión. Su gran baza se resume en la pregunta que hará a su interlocutor: «¿Quieres que repitamos otra vez las elecciones?» Aparte de eso, confesó, no tiene nuevos argumentos y, por tanto, no va a «intentar nada nuevo» respecto a lo que le ha dicho a Sánchez en todas las reuniones que han mantenido desde las elecciones del 20 de diciembre. Es decir, la conveniencia de que el primer partido de la oposición permita la gobernabilidad del país porque es «es de razón, democrático y de sentido común» que el PP presida el Gobierno ya que aventajó al PSOE en 52 escaños. Además, agregó, España vive momentos «excepcionales» después de ocho meses con un Gobierno sin todas sus facultades, y «en situaciones excepcionales, los políticos tenemos que manejarnos con criterios diferentes a los de situaciones normales».
Rajoy, por si acaso, si todo falla y se encuentra el viernes con los únicos respaldos de los 170 diputados tiene un plan B. «Voy a perseverar en el intento» porque es «mi obligación», anunció. No puso fecha a ese nuevo debate de investidura, pero aclaró que «no necesariamente tiene que ser después de las elecciones vascas y gallegas» del 25 de septiembre, como se apunta en numerosos análisis que parten de la premisa de que los socialistas o el PNV pueden cambiar de estrategia en función de los resultados en esos comicios.
El líder del PP no va a estar solo en la presión a los socialistas. El presidente de Ciudadanos, aunque dijo que sería «impropio» que él se metiera en ese terreno porque corresponde al candidato la tarea de persuadir, dejó caer que «de las 150 reformas, cien las firmamos Sánchez y yo». Rivera también recordó al PSOE que tras el acuerdo firmado «solo faltan seis escaños para que España se ponga en marcha» después de 302 días de parálisis.
El líder de la formación naranja no quiso ni pensar que este pacto pueda correr el mismo camino hacia el cajón de los proyectos imposibles, donde descansa el que suscribió con su homólogo socialista. «Deseo que haya acercamiento» entre Rajoy y Sánchez porque en estos momentos, advirtió, «no vale abstenerse de España» con argumentos de política doméstica o por razones de índole orgánica de su partido.