Cerrar

La familia asesinada en Guadalajara por un ajuste de cuentas huía de Brasil

Los cuerpos del matrimonio fueron descuartizados pero los de los hijos no presentaban mutilaciones.

Los agentes de la Guardia Civil a la entrada de la casa donde se encontraron los cuerpos. PEPE ZAMORA

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

j. v. muñoz-lacuna | toledo

La familia asesinada en el pueblo guadalajareño de Pioz -dos adultos de unos 40 años, una niña de cuatro y un niño de tan sólo un año- estaba en plena huída y había elegido esta pequeña localidad alcarreña para ocultarse sin llamar la atención. Sin embargo, quienes buscaban a los adultos los encontraron y contrataron a unos sicarios, probablemente colombianos, para «ajustar cuentas». Es la hipótesis que manejan los investigadores después de que las cuatro víctimas fueran encontradas el domingo en el interior del chalet que habían alquilado en la urbanización La Arboleda, una vivienda nada ostentosa, que encajaba en su objetivo de pasar inadvertidos.

«Todo parece indicar que se trata de un ajuste de cuentas contra esta familia que venía huyendo de Brasil», explicó ayer el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio, sorprendido por la violencia ejercida sobre los cuatro miembros de la familia pues los padres aparecieron descuartizados dentro de bolsas de plástico precintadas con cinta americana. Por el contrario, los dos niños, que también murieron degollados, no fueron descuartizados ya que sus pequeños cuerpos cabían en las bolsas.

«Es un terrible suceso que ha conmocionado no sólo a Guadalajara sino a toda España porque la verdad es que un ajuste de cuentas de esta categoría no es algo común», reconoció el delegado del Gobierno. La Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha también da por seguro que los cuatro asesinatos se cometieron, seguramente, en agosto, semanas después de haber alquilado la casa y de haberse empadronado en el municipio. Eso explica que los vecinos de la familia no habían visto a sus miembros desde hace semanas.

Si el estupor se ha adueñado de los 3.700 vecinos de Pioz, quienes habitan en las 600 viviendas de la urbanización La Arboleda se muestran todavía más perplejos. La zona residencial cuenta con vigilancia privada, y precisamente fue el vigilante quien telefoneó a los dueños de la casa para pedir su permiso con el fin de abrir la puerta del chalet ante las quejas vecinales por los olores insoportables que salían de la casa. «El chico salió llorando», relatan los vecinos.

Cargando contenidos...