Los partidos ven más factible unas nuevas elecciones que la investidura
Las opciones de desbloqueo pasan por el PSOE: o se abstiene o trata de formar una mayoría.
r.g./ c.r./ n.v./ p.h. | madrid
Las fuerzas políticas cruzarán este domingo la meta volante de las elecciones vascas y gallegas, una pancarta que dará motivos de satisfacción a unos y de preocupación a otros, pero que no será determinante para desenredar la madeja política que se embrolló en diciembre y se complicó en junio. Los resultados de esos comicios autonómicos no van a decidir si Mariano Rajoy y Pedro Sánchez tienen apoyos suficientes para la investidura o si se convocan en diciembre las terceras elecciones generales en un año, aunque la segunda alternativa tiene muchos más visos de hacerse realidad que la primera a la luz del análisis que hacen tanto PP y PSOE como Podemos y Ciudadanos.
Parecía imposible, no cabía en la cabeza de casi nadie, pero ahí está. Ya lo dijo Rajoy hace unos días: «Si hay que ir (a nuevas elecciones), se va». Él era uno de los más firmes convencidos de que no se podía caer en «el ridículo mundial» de volver a votar por tercera vez, y ahora tiene casi la certidumbre de que la bufonada será inevitable. Un análisis similar hacen en el PSOE, donde dan un alto porcentaje de posibilidades a la repetición de los comicios. Y lo mismo se piensa en las direcciones de Podemos y Ciudadanos. Pero hasta que no sea inevitable todos van a hacer como que lo intentan.
Rajoy va a gastar el cartucho de la última intentona, pero disparará con la moral del que apunta a una diana invisible. Dice que tiene la intención de empezar a moverse desde el lunes en busca de los apoyos que no logró este verano. Pero en su partido apuestan a que volverá a hacer el ‘don Tancredo’. «No nos vamos a mover. Si quieren llamarnos, ya nos llamarán», comenta un miembro de la dirección del PP que está en la cocina de las decisiones. «Si tomamos la iniciativa solo vamos a encontrar rechazos».
El presidente en funciones ha depositado los huevos de la investidura en dos cestas. La principal, la del PSOE; la secundaria, la del PNV. Alberga alguna tenue esperanza de que Sánchez, más por presiones de la baronía socialista que por rectificación propia, cambie el ‘no es no’ por la abstención y permita su investidura. La segunda cesta de Rajoy tiene la etiqueta de ‘solución Quevedo’, en alusión al diputado de Nueva Canarias Pedro Quevedo. El esquema sobre el papel es conseguir los apoyos del PNV en reciprocidad a un hipotético respaldo del PP al lendakari Iñigo Urkullu tras las elecciones de este domingo.
Pero todo son cábalas, «castillos en el aire», dicen incluso en el PP, y Rajoy lo sabe. Una y otra fórmula presentan todo tipo de dificultades y su materialización se antoja casi imposible. Por todo ello pesan más en la balanza del PP las expectativas de las nuevas elecciones que las de la investidura de Rajoy. «Aunque lo vamos a intentar para que no se diga», apuntan las fuentes consultadas.