Interior alerta de la elevada amenaza terrorista contra la aviación civil
colpisa | madrid
«El Daesh, con sus recientes atentados en Bruselas y Estambul, ha demostrado que cualquier país puede sufrirlos, incluido España, y en especial aquellos países en los que el turismo es un sector importante». Esta es la principal conclusión del último gran estudio de los servicios de seguridad del Estado sobre la «amenaza terrorista contra la aviación civil» en España.
El informe, de 22 páginas, fechado el pasado mes de agosto es obra del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), el principal organismo de recopilación y análisis de datos del Ministerio del Interior.
Este estudio, encargado a raíz del ataque yihadista del pasado 22 de marzo en el aeropuerto belga de Zaventem, no es especialmente optimista: «Pese al incremento de las medidas implementadas para detectar y prevenir nuevas acciones, las organizaciones terroristas continúan teniendo como uno de sus principales objetivos el sector aéreo». También en España y la «magnitud de esta amenaza», augura el Citco, se «mantendrá a corto y medio plazo».
Más allá de reflexiones generales, los máximos expertos de Interior insisten durante todo su estudio en que son tres actualmente los grandes temores de la seguridad de las aeronaves y aeropuertos españoles: los drones, los yihadistas «infiltrados» en las aerolíneas y Google Maps.
El tema del uso por parte de yihadistas de drones para perpetrar atentados preocupa, y mucho, a Interior. Para los servicios antiterroristas, estas máquinas teledirigidas son hoy en día la mayor amenaza del «derribo de un avión desde el exterior». «El escenario que ofrece en la actualidad las mayores vulnerabilidades es el empleo de artefactos no tripulados de pequeñas dimensiones para alcanzar un avión en vuelo. Su uso malintencionado es un riesgo tanto para la navegación aérea como para la seguridad de los ciudadanos y las infraestructuras críticas», apunta el Citco
«La rápida evolución técnica de estos dispositivos para uso particular los ha convertido en objetos de fácil adquisición para el público en general con un coste mínimo y su empleo malicioso contra la aviación comercial puede ocasionar incluso la caída de una nave», sentencian.