Diario de León

Sánchez gana terreno en su idea de blindarse con un congreso ‘exprés’

El nuevo intento de los críticos de obligar al secretario general a entregar el poder fracasa.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a su salida ayer de la sede socialista. BALLESTEROS

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a su salida ayer de la sede socialista. BALLESTEROS

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paula de las heras | madrid

Los alzados contra el secretario general del PSOE no se rinden pero, lo cierto y verdad es que Pedro Sánchez les va ganando, de momento, la partida. En sus manos están, de facto, las riendas de la formación y más allá del pataleo y de lo que pueda dirimir la justicia -si es que alguien acaba exigiendo su pronunciamiento- los críticos tienen pocas herramientas a su alcance para arrebatárselas.

El segundo intento de forzar la entrega del poder por parte de los sublevados -ese amplio grupo liderado por Susana Díaz y la mayoría de presidentes autonómicos, avalado además por los exsecretarios generales y expresidentes del Gobierno– resultó también ayer frustrado. Sánchez y sus irreductibles siguen apelando a la literalidad de los estatutos para negar que la dimisión de 17 miembros de la ejecutiva implique la disolución inmediata de este órgano. Y por ese motivo, ignoraron las exigencias de la sevillana Verónica Pérez que, en su calidad de presidenta de la Mesa del Comité Federal se presentó en la sede de Ferraz para pedir la «documentación» del partido.

De nada sirvió la airada protesta de la disciplinada soldado de Díaz: «¡La única autoridad del PSOE soy yo!». Pérez esperó en balde alrededor de dos horas en el interior de la sede federal, hasta que tiró la toalla y se fue. Su viaje no pudo ser menos fructífero. Fracasó por partida doble. Tampoco consiguió que la presidenta de la Comisión de Garantías, la vasca Isabel Celáa, convocara un encuentro para determinar quién está haciendo una mejor interpretación de la normativa interna y dónde reside de verdad, en estos momentos, el legítimo poder.

El mismo día del golpe, los adversarios de Sánchez defendían que ese comité, en el que son mayoría los críticos (tres frente a dos), podía convocarlo la propia dirigente andaluza, pero, normativa en mano, tuvieron que reconocer que no es así. «Queremos un dictamen. Lo que no es de recibo -protestaban ayer- es que cuando hay un choque de legitimidades se bloquee el órgano elegido para dirimirlo y supuestamente independiente de la dirección». Si esa situación se mantiene, los tres integrantes no ‘sanchistas’ se reunirán para elaborar su propia resolución. Pero ésta carecerá, en teoría, de validez jurídica.

Mientras, Sánchez sigue adelante con su plan de convocar un congreso exprés con votación de los militantes el 23 de octubre para blindarse como secretario general. Lo que queda de su ejecutiva, con alguna ausencia como la de la cántabra Eva Díaz Tezanos y la valenciana Carmen Montón, convocó ayer, en una larguísima reunión, el Comité Federal que mañana ha de ver su propuesta de calendario. El congreso, que ahora será de carácter extraordinario en lugar de ordinario, como pretendía cuando la dirección aún no había implosionado, celebrará, en principio, su cónclave general con delegados el 12 y 13 de noviembre en lugar del primer fin de semana de diciembre.

Algunos miembros de la ejecutiva no reconocida por los críticos plantearon hoy tratar de abrir al menos un cauce de diálogo sobre las fechas y el contenido del Comité Federal. Pero los ánimos están tan enconados que apenas hay espacio para tal cosa.

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