El PSOE a favor de la abstención se esfuerza en convencer a las bases
Susana Díaz sigue guardando silencio pero el número dos de Andalucía opta por la abstención.
p. de las heras | madrid
En menos de una semana, el PSOE debe tomar la decisión trascendental de permitir, con su abstención, un Gobierno del PP o llevar al país a nuevas elecciones. Y lejos de haber logrado decantar la balanza hacia sus posiciones de una manera clara, la gestora que tomó las riendas del partido el pasado 1 de octubre se enfrenta a una militancia (al menos a un porcentaje ruidoso de ella) casi levantada en armas. Así que sus partidarios han decidido pisar el acelerador y redoblar el esfuerzo explicativo en los medios. «Nadie quiere que Mariano Rajoy sea presidente, pero lo que se está discutiendo es si lo es ahora o dentro de 55 días», argumentó ayer el gobernante extremeño Guillermo Fernández Vara.
El dirigente regional ha sido probablemente el socialista que menos se ha escondido y que con más transparencia ha expuesto, en los últimos meses, su visión del escenario abierto tras las elecciones del pasado 26 de junio. «Si hubiera alguna alternativa al Gobierno de Rajoy yo no me plantearía esto, pero un partido de gobierno o gobierna o deja gobernar», dijo en la Ser. En cierto modo, sigue cabalgando casi en solitario. Porque el resto de pesos pesados en edad de ocupar puestos de alta responsabilidad en un futuro próximo se han guardado de hacerlo. Empezando por Susana Díaz.
La presidenta de Andalucía, que desempeñó un papel crucial en la caída de Pedro Sánchez, lleva días guardando silencio con el argumento de que ahora lo que toca es dar todo el apoyo a la gestora. La defensa de la abstención ha quedado, pues, en manos del veterano presidente asturiano Javier Fernández y de otras voces con suficientes horas de vuelo como para no temer quemarse ahora en la defensa de unos postulados que saben impopulares. Es el caso del exministro y hoy portavoz en el Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, o la exvicesecretaria general, Elena Valenciano.
Ambos llevan días tratando de justificar por qué, a su juicio, votar ‘no’ a la investidura de Rajoy sólo servirá para fortalecer a los populares y dar paso a un Parlamento en el que la oposición esté mucho más debilitada. «Entre todos podemos tener ahora mayoría para doblar el brazo al PP ¿no será eso más útil?», remarcan una y otra vez. Pero su empeño a duras penas logra neutralizar el empuje del movimiento ‘militantes en pie’, promovido por el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez. «Es complejo porque durante 10 meses sólo hemos barajado una solución que es puramente sentimental y táctica y que no construye futuro -dijo ayer el político vasco en La Sexta, a modo de reproche contra la anterior dirección-; democráticamente, es difícil decir ‘no’ a 170 diputados».
A la recogida de firmas a favor de un congreso extraordinario, que según el peculiar regidor granadino ya han firmado 500 alcaldes defensores del ‘no’ y más de 74.000 militantes- se ha unido ahora una campaña que, bajo el nombre, ‘La revolución de las rosas’, invita a manifestarse de forma pacífica a las puertas de Ferraz, rosa en mano, el próximo sábado a mediodía. Es decir, un día antes del Comité Federal que, presumiblemente, convocará hoy la gestora en su tercera reunión desde que fue constituída.
El alcalde de Jun presume de que una de las agrupaciones que más se ha volcado con su propuesta es la de Sevilla. Y aunque Díaz siga guardando silencio, su secretario de Organización, Juan Cornejo, dio este lunes un paso al frente y defendió, por fin de manera abierta, la abstención. «Tan importante es gobernar como liderar la oposición y ser decisivos en todas las políticas» adujo. Es un argumento que no termina de calar, entre otras cosas, porque para ser cierto el PSOE requerirá de la colaboración de Podemos que, de momento, está más centrado en aprovechar la coyuntura para disputarle el título de alternativa al PP que en sumar fuerzas.