Sí, se impuso el realismo en el PSOE
L a derrota, bastante contundente, de quienes propugnaban en el PSOE el ‘no’ a la investidura de Rajoy y, por tanto, la repetición de elecciones, ha hecho que el realismo se imponga en el más histórico de los partidos políticos españoles. Finalmente, el grupo socialista se abstendrá en la segunda votación, el próximo día 30, y Mariano Rajoy podrá formar un Gobierno que no esté en funciones, apoyado críticamente por Ciudadanos y Coalición Canaria... aunque no será un Ejecutivo demasiado estable, según todas las previsiones. Todo depende ahora de cómo negocie Rajoy cada uno de los pasos que dé en su tarea gobernante. Mucho tendrán que cambiar los hábitos escasamente pactistas del presidente y futuro presidente, aunque lo cierto es que, según algunos de sus más recientes interloctores, él se muestra dispuesto a actuar de manera ‘diferente’. Veremos.
De momento, lo que puede afirmarse es que un nuevo PSOE ha surgido del comité federal de este domingo. Conducido por la gestora que encabeza Javier Fernández, este ‘nuevo’ PSOE, que vence y sucede al algo histriónico de Pedro Sánchez —que prefirió ausentarse de la reunión del comité, y previsiblemente, algo que no se da como seguro, claro, se verá abocado a dejar su escaño— tendrá que sufrir una dura travesía del desierto. Aunque, en opinión de este comentarista, no sale de este trance el partido tan dividido como algunos comentan o desean; a aún peores crisis internas —Suresnes, la Otan, el abandono del marxismo— ha sobrevivido. Ya digo que ahora todo depende de con qué habilidad y mano izquierda maneje la gestora sus próximos pasos: convocatoria de unas primarias, de un congreso... Y, por supuesto, depende también de cómo conduzca, junto con Ciudadanos y, en lo posible con Podemos, las labores de oposición ‘constructiva’ en el Parlamento, obligando al nunca muy reformista Rajoy a poner en marcha medidas de regeneración política de fondo. Esa puede, debe, ser la misión política del PSOE en el futuro inmediato.
Cierto, las asambleas de agrupaciones locales han mostrado que existe una indudable contestación a la posición ‘oficial’ que preconizaba la abstención. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que la militancia de base sea ‘sanchista’; Sánchez, de hecho, es, como me comentaba un dirigente socialista el pasado viernes en Oviedo, un cadáver político, aunque puede que el único que aún no se haya enterado haya sido él; y, si hay muchos en el PSOE que apoyan sus posiciones del ‘no y no’, me parece que no son pocos en el partido los que piensan que el actual destrozo causado en esta formación puede achacarse, en no pequeña parte, a la poco flexible, empecinada, gestión de Sánchez.
Pues eso: que, en cualquier caso, ha nacido un ‘nuevo’ PSOE, que admite que quien gana unas elecciones debe gobernar, aunque no se lo pondrá fácil. De que los socialistas acierten en esta nueva singladura nos va, me parece, mucho a todos.